El deseo de lucirse ante el jurado de El gran premio de la cocina y la adrenalina de presentar su creación en tiempo y forma lograron tocar una fibra íntima en Adabel Guerrero, quien no pudo evitar quebrar en llanto en medio del programa.
“Tengo ganas de llorar… es porque llegué, más o menos, pero llegué. Fue toda una corrida de llego o no llego”, comenzó diciendo Adabel, mientras las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
“Es la emoción de llegar y las dificultades que van surgiendo en la cocina. Me encanta emocionarme porque uno lo pone todo acá”, agregó, orgullosa de haber podido completar su plato.
Además, indagada por Carina Zampini sobre un cruce que mantuvo con su compañero, Guerrero expresó: “Pablo se tendría que haber encargado de su plato y yo del mío, pero no me pareció que tuviera suficientes aros y ya los había preparado, solo faltaba cocinarlos. Entiendo que es la adrenalina de que su plato lleva muchísimas más cosas, entonces adelantamos las papas fritas, pusimos los aros y fue un caos porque no se cocinaban, yo los puse tarde”.
“Siempre con intención y buena voluntad porque todos quieren colaborar, pero a veces eso puede ser contra producente. Él quiso colaborar conmigo, pero todo bien”, cerró Adabel, visiblemente conmovida.