El hecho de que un talentoso defensor como Martín Demichelis hubiera querido gambetear a un crack de la talla de Lionel Messi, cuanto más no sea con una simple charla amistosa, terminó con el previsible contraataque letal del delantero. Sucede que durante una cena post Mundial, el jugador del Manchester City, que estaba acompañado por su mujer, la despampanante Evangelina Anderson, arengó al capitán del Barcelona para que formalice con Antonella Roccuzzo, también presente en la velada, y pasó todo lo contrario. De hecho, Martín y Eva tendrán su ceremonia antes de fin de año, tras convertirse en padres de Bastián (5) y Lola (2).
"Ja, ja. No es que me caso por decisión de Messi, es una decisión de Evangelina y mía. Es cierto que en una cena post Mundial, nosotros estábamos metiéndole presión a Leo, y él dijo que primero me tocaba a mí. De ahí surgieron algunas cargadas y anécdotas. Ahora, cuando vuelva de Europa, lo voy a agarrar y le voy a meter presión (para que se case él también)".
En diálogo con Mañana Sylvestre, el ciclo de Gustavo Sylvestre en radio Del Plata, el futbolista que arribó al país para sumarse al plantel que jugará la Copa América en Chile contó detalles de la anécdota que había revelado su mujer: "Ja, ja. No es que me caso por decisión de Messi, es una decisión de Evangelina y mía. Es cierto que en una cena post Mundial, nosotros estábamos metiéndole presión a Leo, y él dijo que primero me tocaba a mí. De ahí surgieron algunas cargadas y anécdotas. Ahora, cuando vuelva de Europa, lo voy a agarrar y le voy a meter presión (para que se case él también)".
Con el regreso de estrellas de la cantera de River como Pablo Aimar y las negociaciones con Javier Saviola, Demichelis expresó sus deseos de volver a vestir la camiseta del Millonario: "Mis ganas están intactas siempre, a pesar de no haber vuelto, siempre digo que mi sueño es retirarme en River. Más por cómo están dadas hoy las cosas, con jugadores como Pablo, disfrutar como lo hizo el otro día a pesar de que todo se demoró por una lesión. Creo que lo cuidaron como debían y eso genera a jugadores que estamos fuera del país que den ganas de volver".
Además de sus propia voluntad, su hijo mayor, Bastian, también lo alienta: "No le inculqué demasiado (el fanatismo por River) para no ser malo, pero la captó enseguida, aparentemente me sigue los pasos. Le gusta River, me hace ver todos los partidos desde allá, como si conociese la casa como me tocó conocerla a mí. Ojalá que el día de mañana, no sólo mi hijo, si no todos los que quieren que vuelva, me puedan ver. Me queda un año de contrato acá en Manchester".