“Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para desafiar el furor de todos”, pronuncia Romeo bajo el balcón a su amada Julieta, en la obra más popular de William Shakespeare. En el Cuestionario Sexy de Ciudad.com, Julieta Bal (37) no tarda en definirse como enamoradiza, un legado shakesperiano que la hace vivir el amor con intensidad, con entrega total. ¿Una muestra? “Si fuera por mí, moriría como Julieta”, confiesa.
Mientras presenta su unipersonal súper autobiográfico Julieta Bal Diván (Teatro El Piccolino, Fitz Roy 2056), la actriz siguió en tren de revelaciones y se animó a contar su primera "noche buena", cómo no tiene miedos en tomar las riendas del encare, su defensa a la masturbación femenina, los lances twitteros que recibe de admiradoras y quién fue el famoso por el que “acampó” en la puerta de su camarín para conocerlo.
"Mi primera vez fue muy graciosa porque fue en navidad. Cada uno había cenado con su familia, nos encontramos con amigos para ir a bailar y él se había tomado todo, estaba medio borracho. Tuvimos que esperar que se le pasara un poco y después tuve mi primera vez, que no fue la suya. No tengo recuerdos de que haya sido horrible o de no pasarlo bien, como dice mucha gente".
1) ¿Cómo eras de chica en cuestiones del amor?
-Siempre fui muy enamoradiza. Siempre estuve de novia desde que empecé mi vida amorosa, muy "noviera". Mi primer novio fue a los 14 años y salimos 3 años. Después, con el tiempo uno entiende que eso no era un novio, pero él es parte de los primeros recuerdos de cosas maravillosas que hacíamos y que los chicos de esa edad ya no hacen, como ir a la plaza, al cine o ir a comer. Teníamos los dos la misma ingenuidad y era sumamente divertido. Él era un sol y todo lo que pasaba era divino, como compartir vida de familia, con amigos, ir a navegar los fines de semana. El primer beso se dio en un asalto a los 12 años.
2) ¿Cómo recordás tu primera relación sexual?
-Fue toda rosa, como soy yo, "toda Julieta", como la de Shakespeare. Soy muy romántica y para mi el amor es todo. Si fuera por mí, moriría como Julieta en Romeo y Julieta, pero nací en una época equivocada. Fue con mi segundo novio, tenía 17 años y con él estuve otros 3 años. Fue muy graciosa porque ocurrió en Navidad. Cada uno había cenado con su familia, nos encontramos con amigos para ir a bailar y él se había tomado todo, estaba medio borracho. Tuvimos que esperar que se le pasara un poco y después tuve mi primera vez, que no fue la suya. No tengo recuerdos de que haya sido horrible o de no pasarlo bien, como dice mucha gente. Al ser tan enamoradiza, quería que fuera con un novio al que amara y así sucedió. O por lo menos en ese momento creía que lo amaba, hoy con 37 años sé que el amor es otra cosa.
"Cuando era más chica era de esperar que venga el chico, hoy me aburrieron los hombres, ya me cansan, así que en vez de esperar, voy. A algunos hombres les gusta y otros achican".
3) ¿Sos de las mujeres que van al frente a la hora de encarar o preferís esperar que él venga?
-Cuando era más chica era de esperar que venga el chico, hoy me aburrieron los hombres, ya me cansan, así que en vez de esperar, voy. A algunos hombres les gusta y otros se achican. Tuve muchas etapas, de ser la que espera a no importarme nada. Hoy tengo otra cautela, otra mirada. Es difícil que me guste mucho alguien, pero si eso me pasa, puedo demostrarle que está todo bien para que pueda avanzar él. Creo que hice un combo entre el esperar y encarar, hoy elijo demostrarte que podés venir. Hoy estoy soltera y es la primera vez que estoy tanto tiempo sola. Mi última relación fue con una persona con la que estuve a punto de casarme y fue hace varios años. Después de decidir no casarme, necesité sanar y encontrarme. Desde que nací, siempre quise la familia, la casita, el bebito, el perrito y cuando llegó el momento me di cuenta de que quería todo eso, pero no con él. Él es una persona maravillosa, pero no era él y no iba a hacerle ese daño, ni tampoco me lo iba a hacer a mí.
4) ¿Qué tiene que tener un hombre para seducirte?
-Lo físico pasó a un lado segundísimo para mí. La mirada del hombre me es muy importante, pero no la seductora, sino la que está en otro plano. La persona que puede mirarme el alma y quiere saber quién soy, conocerme desde un lugar íntimo y profundo. Eso es el que me enamora. Hay una frase que habla de las diferencia entre escuchar y oír. Yo creo que con la mirada pasa algo similar. El hombre que me supo mirar es del que más me enamoré en mi vida, él provocó un antes y un después en mí. Nos hicimos mucho bien y supe que ése era el estado que quería, de mucho amor constante, de compañerismo y de mucho humor.
-¿Condiciona la elección de un hombre el hecho de que tu padre, Santiago Bal, no haya sido una figura presente, como contaste?
-Casi todos los hombres con los que estuve fueron muy paternales y eso no está bueno, porque si vas a comparar a una pareja con un padre, son cosas distintas. Después de un tiempo, y de terapia también, pude descubrir con la última persona con la que estuve, que el no haber tenido un papá hizo que buscara hombres que sean paternales conmigo. No es lo que quería y pude cambiarlo. Uno da cabida desde el rol en el que se pone. Yo era una persona muy aniñada y sacaba del hombre ese lado más protector, así como un hombre que se comporta como un niño saca de una mujer su parte más maternal. Al estar con un gran hombre que sacó lo mejor de él y lo mejor mío, pude revertir eso.
5) ¿Qué te enciende a la hora del sexo y qué es lo que te deserotiza?
-Me gustan los mimos, las caricias y los besos en lo que se llama “la previa”. ¡Es importantísimo y es algo que disfruto un montón! Me deserotiza la desconexión, que la otra persona vaya a otro ritmo distinto del mío, que estemos en dos momentos diferentes. O miramos con la misma óptima o no vamos a llegar a ningún punto. No tengo sexo por tener, no es algo que lo necesite, sino la consecuencia de muchas otras cosas que me llevan a “bueno, hagámoslo”. No forma parte de mi forma de ser el sexo casual, no es como lo disfruto.
"La persona que dice que no se masturba, miente. Está mal visto que una mujer diga que lo hace, como también pasa cuando un hombre sale con muchas chicas y le dicen 'que groso que sos'. En cambio una mujer hace eso y mínimo le dicen que es un horror lo que hace. El hombre está habilitado y bien visto que hable sobre la masturbación, pero la mujer no".
6) ¿Cuál es tu relación con la masturbación?
-Me parece que la persona que dice que no se masturba, miente. Está mal visto que una mujer diga que lo hace, como también pasa cuando un hombre sale con muchas chicas y le dicen “qué groso que sos”. En cambio una mujer hace eso y mínimo le dicen que es un horror lo que hace. El hombre está habilitado y bien visto que hable sobre la masturbación, pero la mujer no. Me parece absurdo, porque creo que todos tenemos necesidades y quienes dicen que no la practican, no están siendo reales.
7) ¿Las medidas del pene son importantes?
-Creo que importa, pero hay otras que son fundamentales. Si no sabés darme un beso…chau, no existís y ya ni llegó al momento del sexo. ¡Un beso que es una descoordinación total, una cosa amorfa, algo tosca, es terrible! Es como un tipo que no sabe bailar y te termina pisando toda (risas). O si no sabés mimarme o no sabés tocar, todo mal.
"Cuando era chica me moría de amor por Pablo Echarri y me acuerdo que en una oportunidad estábamos en Canal 13, mi mamá estaba grabando y me enteré que dos camarines al lado del de ella estaba el de Echarri. Fui, toqué la puerta, me preguntó una voz femenina quién era y yo dije 'soy Julieta Bal', a lo que me respondieron 'un momento por favor' (risas). Me senté en la puerta decidida a no moverme hasta que no salga. Cuando salió le di un beso y me fui súper emocionada".
8) ¿Quién era tu amor imposible de la adolescencia? ¿Qué famoso te encanta en la actualidad?
-Pablo Echarri, claramente. Cuando era chica me moría de amor y me acuerdo que en una oportunidad estábamos en Canal 13, mi mamá no sé qué estaba grabando y me enteré que dos camarines al lado del de ella estaba el de Echarri. Fui, toqué la puerta, me preguntó una voz femenina quién era y yo dije “soy Julieta Bal”, a lo que me respondieron “un momento por favor” (risas). Me senté en la puerta decidida a no moverme hasta que no salga. Cuando salió, le di un beso y me fui súper emocionada. Y cuando era todavía más chica me encantaba Gustavo Bermúdez. Mi mamá hacía la telenovela Nano con él, y cuando iba al estudio me robaba todas las fotos que tenía el personaje de Araceli González en una cajita. Ella era muda, se la pasaba mirando sus fotos y yo se las robaba, terrible (risas). Ahora, muero por Bradley Cooper, me parece el bombón más lindo de todos. También Ryan Gosling y Matthew McConaughey.
9) ¿Alguna vez una chica te avanzó? ¿A qué famosa elegirías si te entrara la curiosidad por estar con alguien de tu mismo sexo?
-Por Twitter hay un montón de chicas que hablan, que me quieren conocer y me dicen un par de cosas “heavies”. ¡Me da un poco de vergüencita cuando leo los mensajes! Personalmente nunca me pasó. Primero, nunca estaría con una mujer porque me encanta el sexo masculino muchísimo, soy fan del cuerpo del hombre, con una chica no podría estar. Julia Roberts me parece una mujer súper bella, pero de ahí a tener algo, ni en pedo.
10) ¿Cuál es tu fortaleza a la hora de la seducción y en el terreno del sexo?
-Es algo maravilloso y al mismo tiempo malo a la vez, porque soy una seductora nata. Es mi forma de ser y muchas veces he tenido discusiones con parejas porque me dicen que seduzco al diariero, al que vende flores… ¡y yo no lo hago! No es algo consciente, es algo que me acompaña en mi vida y parece que está en mi naturaleza. Por supuesto que estando en pareja eso a él le encanta, porque también soy seductora con él. Como me lo dijeron tantas veces, ya comencé a reparar y puedo decir que tiene razón, pero no es algo que me de cuenta. ¡No voy a decir qué es lo que me elogian los hombres en la intimidad, es muy privado! Todos tenemos cosas en las que somos buenísimos, por ejemplo, soy muy buena manejando y a los hombres les revienta cuando se suben a mi auto y tienen que admitirlo. Repito: todos tenemos cosas en las que somos buenísimos.