Dalia Gutmann (37) conoce el vértigo de pararse frente a una audiencia a la que debe hace reír. Gran presión que tiene (y que cumple con creces) cada vez que se sube a un escenario para hacer su espectáculo de stand up, disciplina que la tiene como una de sus precursoras y uno de los nombres más destacados de nuestro país. ¿A qué puede temerle una comediante acostumbrada a tal grado de exposición? A las luces impiadosas en la intimidad, a los colosales espejos de los hoteles alojamiento y a que un hombre intente "cachondearla" vestido de superhéroe.
En un descanso de sus tareas como madre de dos hijos, esposa de Sebastián Wainraich desde hace 14 años y mujer laburante (en TV con Tipos de minas por el Canal de la Ciudad, en teatro con Cosa de minas en el Velma Café y a pleno con la escritura de su segundo libro, después de Entregada al ridículo), aceptó con su humor habitual la propuesta del Cuestionario Sexy de Ciudad.com: "¡Me eligieron porque soy sexy!", clama antes de contar cómo fue su atolondrada primera vez, cómo compagina su vida familiar con la íntima de la pareja y... ¡hasta se anima a hacer una denuncia!
1) ¿Cómo fue tu primer beso?
"Quiero hacer una denuncia: muchos tipos que están casados con terribles minones ¡me tiran los perros a mí! Está eso de que si comés sushi todos los días, un día querés una morcilla. O me ven pinta de gauchita, no sé".
-Mi primer beso fue feo, con un chico que me gustaba mucho, en vacaciones de séptimo grado. Se llamaba Diego, tenía 12 años, pero el pibe movía demasiado la lengua, como muy caóticamente, le faltaba armonía (risas). El segundo beso fue con Gabriel, ese sí la rompió, fue “guau, me quiero quedar a vivir acá". Fueron dos perfiles muy distintos de hombre. Diego era divertido, gracioso, dulce; y el otro tremendo, de él me quede enamorada, creo que tardé en superarlo una década (risas). Después de ese hubo un montón, pero ninguno superaba al que me dejó medio boluda, bah. Y así quede por el resto de mi vida (risas).
"Cuando era chica había un pibe que me re gustaba y un día me dijo 'si no fuera tan evidente que gustás de mí, yo gustaría de vos'. Muy histérico, pero ahí aprendí que la sutileza también es importante, que ser muy evidente no sirve. Hacía lo que me surgía, no me estaba reprimiendo nada".
2) ¿Cómo era tu perfil de chica?¿Eras enamoradiza?
-Fui a un colegio donde había mucha danza y teatro, iban casi todas mujeres, ponele por año habían 5 hombres y 70 mujeres. Ellos ganaban a lo loco, estaban todas recalientes, así que mis compañeras no podían creer de donde sacaba a los pibes, pero siempre andaba con muchos (risas). Si uno boludea mucho de pendeja después no te dan tantas ganas. Igual aprendí un montón porque me di mucho la cabeza contra la pared, por ejemplo me acuerdo de un pibe que a mí me re gustaba y un día me dijo "si no fuera tan evidente que gustás de mí, yo gustaría de vos”. Muy histérico, pero ahí aprendí que la sutileza también es importante, que ser muy evidente no sirve tampoco. A mí me faltaba histeria, hacía lo que me surgía, no me estaba reprimiendo nada. Ahora volví a ser un poco así. Con sinceridad me encantaría poder desligar el sexo del amor, pero nunca pude. La única manera que tenía de desligarlos es si el otro era un desastre, si garch… muy mal (risas), sino me enamoro. Pero no sé si un día, por esas cosas de la vida, debo volver a la soltería, veré que me pasa en esa etapa de mi vida.
3) ¿Cómo fue tu primera relación sexual?
-Mi primer novio importante fue cuando estaba en quinto año, duró como un año y medio y se llamaba Pablo. Mirá, justo acá en mi escritorio tengo de casualidad una cajita que me regaló él hace como 45 años (risas). Sebastián no es celoso, me conoce, sabe que no extraño nada de lo que viví antes, no me aferro a los recuerdos. Es tiempo pasado. Con Pablo tuve mi primera vez cuando ambos teníamos 17 años. El pibe tenía la casa para él solo porque los papás se iban a un country, así que parábamos mucho ahí, esa es la virtud de estar con un pibe de plata (risas). La primera vez es complicada para cualquiera y nosotros veníamos como intentando, no se podía de una, porque a la mujer le tiene que suceder una cosa sustancial, se le tiene que romper algo. Habían situaciones muy extremas, como que el me esperaba con un preservativo puesto (risas). Pero en el tercer intento estuvo todo bien y fue lindo, aunque torpe. Tenía una cierta cosa culposa y así es difícil la sexualidad, después cuando te liberás disfrutás más. Yo soy muy rara en este aspecto, siempre tuve algo muy monja, por ejemplo a mí no me gusta que alguien me vea las tetas porque considero que es algo íntimo para mi pareja. No tengo esa cosa de mina que le gusta mostrar. Y no viene de familia, porque mi mamá siempre fue súper liberal, de hablar mucho y abiertamente conmigo. Con mi primer novio tardé como 6 meses para estar con él y mi mamá me decía "pero ¿cómo?, hace tanto tiempo que están y no tuvieron relaciones". ¡Me arengaba para que me suelte! (risas). La generación de mis hijos va a ser mil veces más abierta y libre que la mía, estoy segura que van a hacer lo que se les canta sexualmente y no seguir mucho mandato. Yo soy muy abierta para hablar con ellos, pero nunca les voy a sacar un tema que no me pregunten, tipo "ves esa chica, en realidad es un hombre que se casó y ahora adoptó un hijo"; cuando me preguntan, me encanta contestarles. Si ven dos chicas con un bebé, les digo que lo tuvo una en la panza, ahí me gusta contarles todo. Estoy adaptada a los tiempos que corren y me gusta transmitirles eso a mis hijos, que hoy hay todo tipo de familias.
"Soy muy anti-loca. Eso de estar en un ascensor, en un globo aerostático me parece re incómodo, no me genera ningún morbo. Ponerse un disfraz, ni en pedo, es una ridiculez, no hay nada que me puede erotizar menos que se aparezca alguien vestido de Batman o El Hombre Araña".
4) ¿Qué fantasías pudiste cumplir y cuáles son las que te quedan?
-Yo en lo sexual soy muy anti-loca. Me gusta la cama, la habitación, a veces está bueno un vinito, un rico olor, pero no mucho más; eso de estar en un ascensor, en un globo aerostático me parece re incómodo, no me genera ningún morbo (risas). Ponerse un disfraz, ni en pedo, es una ridiculez, no hay nada que me puede erotizar menos que se aparezca alguien vestido de Batman o El Hombre Araña. Me parece incog… un hombre disfrazado de un personaje. No me pasó que me pidan vestirme de colegiala o de enfermera, aunque no estoy cerrada a eso, pienso que hasta que no te pasa no sabés. Igual lo siento al borde de lo bizarro. Si alguna vez me disfrazo, es posible que me tiente mucho y no genere nada erótico. Soy cero visual. Lo que más me importa es el olor, un rico perfume si me puede despertar algo... el olor a limpio. Me importa mucho estar limpia yo también. En el caso de Sebastián, el solito se va a bañar luego de hacer deporte, se baña varias veces al día, es un chico muy bañado. No tengo el perfil de mujer que se excita con el cuerpo transpirado, tampoco con los lugares ni las personas prohibidas, tipo mi ex o mi cuñado me calienta o estar en el baño del laburo del avión (risas). Te hace perder energía mental, prefiero no estar pensando en el peligro o en todo lo que estoy haciendo mal. Eso lo decís en la adolescencia. Me calienta alguien que no me genere quilombo ni perder el tiempo.
"Cuando no tenés hijos decís 'hoy no garch…, porque estoy cansada', pero si tenés hijos valorás mucho más los momentos de intimidad. Tampoco es que somos 'garchadores', tipo esas parejas que lo hacen ocho veces por semana, ¡de sólo pensarlo me cansé! Se da cuando pinta, usualmente una vez por semana, si es una gran semana, dos".
5) ¿Te interesan los juguetes eróticos?
-Hice en mi programa un pequeño monólogo en un sex shop. No me interesan, pero por curiosidad me limitaría a un vibrador, aunque todavía no se bien para que sirven. Tal vez un día descubra un mundo ahí, pero todavía no fui a una reunión de tuppers sobre cómo usarlos (risas). Todo lo que haga que la vida sea más llevadera es bienvenido. El tipo de experiencias tipo 50 sombras de Grey están buenísimas para cualquier mujer, sobretodo que un tipo te despierte el erotismo, pero no me parece que se pueda generar un vínculo serio. Es para boludear un rato, una re aventura para tenerla con alguien medio desconocido, pero no te podés enamorar de un tipo así. Todavía no experimenté por esos costados sadomasoquistas.
6) ¿Cómo preservan la intimidad de la pareja con Sebastián en la vida familiar?
-¡Los miércoles a las 4 de la tarde! (risas). Cuando no tenés hijos decís "hoy no garch…, porque estoy cansada", pero si tenés hijos valorás mucho más los momentos de intimidad. Si se da la oportunidad no la querés perder porque no sabés cuando se va a volver a repetir (risas). Es como todo en la vida, a veces no tenés muchas ganas pero cuando lo estás haciendo decís "¡qué bueno que lo hice!". Siempre hay un tiempo, generalmente cuando se duermen los chicos y la casa se apaga. Tampoco es que somos 'garchadores', tipo esas parejas que lo hacen ocho veces por semana, ¡de sólo pensarlo me cansé! Se da cuando pinta, usualmente una vez por semana, si es una gran semana, dos.
"¡No puedo creer los telos que te meten espejo en el techo, me parece cualquiera! Si te mirás mientras estás teniendo relaciones se me fue. Tu mente y tu cuerpo tienen que estar ahí, no podés estar mirándote en un espejo. Hago el amor con las luces apagadas, no estoy en condiciones físicas de estar encendiéndolas".
7) ¿Qué actitudes de él te erotizan y cuáles no?
-Me gusta el hombre buscador, como Sebastián que me sigue buscando sin importar que estamos hace 14 años juntos y me alegra porque yo tiendo a ser vaga. Si no estoy con un buscador por ahí pasaron 3 meses y no me acordé que había que garch… Sobre todo cuando estoy para atrás digo "que suerte que él tiene ganas porque sino ni en pedo que yo las tendría". Cada tanto vamos a cenar algo rico, llego a casa y me dan ganas de coronar la noche. Me deserotiza cuando Sebastián se va a dormir mirando futbol, ahí me quiero separar ya e irme a vivir sola con mis hijos (risas). Cuando se apaga la luz en la intimidad, hay otras cosas que priman en el hombre. Tener piel va más allá del aspecto físico. O un tipo que estando en una relación sexual se la pasa mirándose a un espejo. Eso es terrible. ¡No puedo creer los telos que te meten espejo en el techo, me parece cualquiera! Si te mirás mientras estás teniendo relaciones se me fue. Tu mente y tu cuerpo tienen que estar ahí, no podés estar mirándote en un espejo. Hago el amor con las luces apagadas, no estoy en condiciones físicas de estar encendiéndolas (risas). ¡Filmar y grabarnos en un video hot es otra cosa que no haría! Soy muy despistada, se me va a perder, se va a filtrar o se los voy a mandar equivocadamente a mi jefe. No, no estoy capacitada psíquicamente para tener ese material en mi poder.
"Cuando era muy joven me enamoré de un chico que tenía un pene pequeño del tamaño de un dedo pulgar y tampoco le dije 'chau, me voy, no juego más'. El pibe se la fue rebuscando con otras actitudes. La primera vez que se lo vi me sorprendí, fue un "pará, eso es todo lo que hay". Es una cosa dramática cuando conocés al 'amigo' del chico que te gusta y que te puede llevar a cualquier tipo de sensación desde '¡guau, la suerte que tengo!' a '¡no lo puedo creer!''.
8) ¿Son importantes las medidas del pene?
-Es horrible porque es un tema que deprime mucho al hombre, pero está muy bueno cuando tiene una medida importante. Lo más importante es que tenga solidez y reaccione a tiempo, porque está el que es grande, gomoso y medio boludón, y que tenés que esperar 40 minutos a que reaccione y ahi ¡me muero! Igual, cuando era muy joven me enamoré de un chico que tenía un pene pequeño del tamaño de un dedo pulgar y tampoco le dije "chau, me voy, no juego más". El pibe se la fue rebuscando con otras actitudes (risas). La primera vez que se lo vi me sorprendí, fue un "pará, eso es todo lo que hay".
9) ¿Qué es lo que más te han elogiado en la intimidad?
-Físicamente la piel y la boca. Yo me hago la graciosa, pero soy tremenda. Creo que algo que está bueno es mi entrega, no estar pensando en cosas como "¿tendré bien las pestañas?", el dejarme llevar. El humor no sé si se lleva tan bien en lo sexual, contar algo gracioso en la intimidad no da. Para seducir cuando no sos un minón tenés que encarar por otros lados. Creo que está el minón, estamos las normales y después las "pobrecita, mi amor". Quiero hacer una denuncia: muchos tipos que están casados con terribles minones ¡me tiran los perros a mí! Está eso de que si comés sushi todos los días, un día querés una morcilla. O me ven pinta de gauchita, no sé (risas). Es que la atracción sexual trasciende todo, no tiene lógica.
"Para tener un buen orgasmo es muy importante conocerse mucho una misma, estar conectada con tu cuerpo y no pensar en nada más. Uno bueno es el que te resetea para mejor".
10) ¿Cómo definirías un buen orgasmo?
- Yo, que soy muy neurótica, considero que es el único momento en la vida en el que el universo desaparece y mi cabeza está sólo en eso. Y aclaro que no aplica ese dicho machista de "¿sabés que lo que necesita esa mina es una poron…?", porque podés llegar a esa situación sola. Los tiempos femeninos son muy distintos a los masculinos. Si el tipo se apura el orgasmo nunca va a llegar a buen puerto. Hay que preparar la zona para poder hacer algo, no ser atolondrado, porque a los hombres a veces les agarra esa cosa medio infantil de las tetas, de “¡¡eh, te toco las tetas!!”. Tiene que cocinar a fuego lento. Me pasa que puede ser que tenía un día del orto y de repente sucede como un paréntesis que me recarga energéticamente. Para tener un buen orgasmo es muy importante conocerse mucho una misma, estar conectada con tu cuerpo y no pensar en nada más. Un buen orgasmo es el que te resetea para mejor.