El escándalo que se desató en torno a Jimena Barón puso en primer plano el modo en el que los usuarios se expresan en las redes sociales. En su caso, las críticas y el hostigamiento que recibió en el mundo virtual no tuvieron freno. Hasta que la cantante terminó recluida y medicada, muy afectada por la situación.
Cuando La Negra Vernaci comparó a Jujuy con Bolivia, en una chicana en su programa, la ola de indignación volvió a desatarse y la conductora fue lapidada. Sensible a todo lo que sucedió, Lizy Tagliani se expresó sobre los escraches y emocionó con un profundo mensaje en su cuenta de Instagram.
"Es largo, pero es lo que siento últimamente y lo quería compartir... Lo escribí así como venga, con los términos que usaba mi mamá 'haiga dea manices guevo', ja, ja, ja... Está escrito con amor y respeto. Ojalá sea así interpretado", escribió la conductora de El precio justo (Telefe) como epígrafe de su largo posteo.

"No soy mucho de meterme en el accionar del otro; para algunos soy muy tibia, para otros muy educada. La verdad no se si está bien o mal, pero es mi personalidad", arrancó Tagliani.
Y siguió: "Lo que no entiendo es desde cuándo fue que se puso de moda escrachar a una persona agrediéndola o desfenestrándola hasta hundirla en una tristeza absoluta o hacerla sentir una mierda por una equivocación, por una falta de conocimiento, por una frase sacada de contexto o un chiste que para algunos es nada y para otros es aberrante”.
"Lo que no entiendo es desde cuándo fue que se puso de moda escrachar a una persona agrediéndola o desfenestrándola hasta hundirla en una tristeza absoluta".
Y compartió una dura anécdota con su madre: “Tampoco escraché cuando mamá compró una heladera y una tele con radio, más un pantalón de corderoy marrón para mí y un pullover amarillo para ella, todo en cuotas. Y cuando se hizo de noche, mientras escuchábamos Radio Colonia, entraron los más pijudos de mi barrio y se llevaron lo que mamá había conseguido con mucho esfuerzo".
"Yo nunca escraché a ni a los que me fajaban por puto, ni cuando tuve que dejar el cole por las burlas y el sometimiento”.
"Esa noche, cuando se fueron, mi mamá puso la puerta, sacó un tomate, queso mantecoso, pan, hizo unos sanguchitos y nos sentamos a comer al borde de la cama, mientras me cantaba canciones de Libertad Lamarque", recordó.
"Me dijo: 'Ellos no saben, creen que son poderosos. Están borrachos y perdidos; se equivocaron, pero nosotras estamos felices y cada día seremos más alegres y fuertes, te lo prometo. ‘Haiga lo que haiga’ material, nunca te aferres a nada más que al amor'", siguió con ternura.
Así continuó: “Poco a poco, le demostré a mis vecinos, a mi cuadra, a mi barrio, después en mi trabajo, en la radio, en la tele, en el teatro, a miles, que no por ser trava soy menos mujer. Sé que tengo pene, que no tengo ovarios. Pero que más da, soy Lizy y punto”.
“Poco a poco, le demostré a mis vecinos, a mi cuadra, a mi barrio, después en mi trabajo, en la radio, en la tele, en el teatro, a miles, que no por ser trava soy menos mujer".
"Prefiero vivir aprendiendo todos los días, a que me maten por ignorante. Cuidémonos, que podemos ser mejores cada día”, remató Tagliani. Su reflexión recibió infinidad de corazones y comentarios de cariño y adhesión. Entre ellos, el de Vernaci, que le escribió: "El mundo con vos en él es un lugar en el que vale la pena vivir".
