Con diez añitos llevó su carisma a la pantalla grande en la película El Faro y, de ahí en más, la carrera de Jimena Barón se disparó. Naturalmente, el cine dio paso a la televisión y a fuerza de un talento natural participó en éxitos como Gasoleros, Los Roldán, Son de Fierro, Casi Ángeles, Los Únicos y Bailando 2011, donde mostró su faceta más sensual.
Pocos saben que en el medio, y a los 18 años, la actriz decidió poner en pausa su carrera y empezar de cero en Nueva Zelanda, país en el que vivió un año y trabajó de mucama, cajera y mesera en un hotel cinco estrellas. Sí, está claro, a Jimena le gustan los desafíos…
¿El último? Aceptar la propuesta de interpretar a Rosa, su personaje en Sos mi hombre, la tira que encabezan Luciano Castro y Celeste Cid cada noche en El Trece. La boxeadora humilde que llegó del interior para triunfar logró conquistar al público y hasta se ganó la admiración de la Tigresa Acuña, quien le confesó que está esperando ansiosa la pelea que se verá esta noche a las 21.30 entre Rosa y La Zorra, a cargo de Bárbara Lombardo.
En esta entrevista exclusiva con Ciudad.com, Jimena revela cuánto le costó interpretar al personaje que tantas satisfacciones le da y habla de su propia situación sentimental.
"Rosa es el gran desafío de mi carrera y estoy muy feliz de que la gente quiera al personaje".
- ¿Esperabas la repercusión que está teniendo tu personaje?
- No me lo esperaba, pero sí estaba confiada en el programa antes de arrancar. Lo que pasó con Rosa fuer raro. De hecho, tardé en aceptar la propuesta de Adrián porque no me salía, pensaba que el personaje no era para mí. Cuando me senté frente al espejo para hacerlo, sentía que lo actuaba mal. Al final, el desafío de hacer un personaje tan difícil fue lo que más me atrajo.
- ¿La transformación física te ayudó a la composición del personaje?
- Sí, totalmente. Empecé a entrenar con Charly Rodríguez un mes y medio antes de arrancar con las grabaciones, cuatro horas todos los días, de lunes a viernes. Y me han tratado muy mal, debo decirlo. Suena mal pero la pasé feo: me he desmayado, tuve tendinitis y bronquitis porque entrenaba en un gimnasio con las ventanas rotas y yo estaba toda transpirada. Mi entrenador me decía que en su gimnasio no existían ni las mujeres ni el dolor. Así que fue terrible, un entrenamiento militar. Lloraba todos los días, odiaba el programa, a Adrián, a todo el mundo.
"Mi entrenador me decía que en su gimnasio no existían ni las mujeres ni el dolor. Así que fue terrible, un entrenamiento militar. Lloraba todos los días".
- ¿Cómo te ayudó esa situación con tu personaje?
- Muchísimo porque pude entender lo que es el sacrificio, lo que significa querer boxear. Comprendí la entrega del cuerpo: hacer el click en tu cabeza de querer subirte a un ring y que te rompan toda y que vos rompas a otra persona. Al principio eso no lo entendía. Con mi entrenador hicimos ejercicios donde nos pegábamos en serio en la cara, en la piel, como para entenderlo. Había un ejercicio en el que yo me tenía que agarrar las manos en la espalda y mi entrenador me pegaba en la cara y yo no podía hacer nada.
- ¿Este papel es el gran desafío de tu carrera?
- Sí, totalmente. La verdad que lo siento así y estoy muy feliz de que la gente quiera al personaje. Pero a mí me sigue costando, yo sigo entrenando mucho y a nivel actoral me exige mucho.
"Me hice la cool cuando me separé en julio y dije ‘está bueno estar sola’. Pero ya no está bueno. ¡Esto es un embole!".
- Rosa vive una historia de amor con el Oso, interpretado por el Puma Goity, ¿alguna vez te pasó enamorarte de alguien con tanta diferencia de edad?
- No, no con tanta diferencia. Sí me gustan los hombres más grandes pero no tan grandes como el Puma (risas). Él tiene 51 años y yo 25. El otro día le dije que nació el mismo año que mi viejo y casi se me pone a llorar.
- En lo personal, ¿seguís soltera?
- Sí, ¡por favor! Estoy sola, ¡solísima! No hay nada de nada a la vista.
- ¿Y cómo llevás la soledad?
- Ya me estoy aburriendo de la soltería. Me hice la cool cuando me separé en julio y dije ‘está bueno estar sola’. Pero ya no está bueno. ¡Esto es un embole! Pienso que voy a pasar todo el verano acá, grabando y soltera, y no me parece ningún buen programa.
- ¿Qué tiene que tener un hombre para conquistarte?
- Ahora que estoy así tan entrenada, tiene que ser uno que se la banque, uno alto y grandote. ¡Que se pueda hacer cargo de todo esto! (Risas).