En cada programa de Bailando 2012, Marcelo Tinelli se anima a más. Esta vez -y a pesar de que recordó su vicepresidencia en San Lorenzo-, no dudó en ponerse la malla, las zapatillas de punta, y zambullirse en unas sacrificadas clases de ballet con Hernán Piquín.
“Marcelo, mirá que la pasión dura tres meses eh…”, le advirtió Moria Casán por su vestimenta. “Y por ahí voy… ¿se cae hoy, no?”, respondió el conductor, de novio con Guillermina Valdés.
Con al apoyo logístico de Dady Brieva (que, entre risas, negó los rumores de embarazado), el conductor se sacó el traje, y se metió de lleno en la clase.
Agarrado de la barra, probó algunos de los difíciles ejercicios, que le provocaron dolor y transpiración. “La danza no es placer, la danza suele, la danza es un calambre”, dijo Piquín durante la clase, y no le dio demasiado aliento. “Me tiran los gemelos”, se quejó Tinelli dos segundos después.
Después, con Mariano Iúdica sumado a la clase, ensayaron un paso típico de El lago de los cisnes, a pedido de Moria. Y a pesar de que estuvo lejos de la excelencia, hay que decirlo, se notó una leve mejoría.
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