Nicolás Cabré vuelve al cine con la película ¡Atraco!, una co-producción entre Argentina y España que protagoniza junto a Guillermo Francella. El film es un policial con toques de comedia, y está basado en un hecho real: el robo de joyas que sufrió en 1956 una casa de empeño donde Juan Domingo Perón había depositado las valiosas alhajas de su esposa Evita, durante su exilio a Europa.
El rodaje se realizó íntegramente en España, por lo que Cabré pasó más de dos meses afuera del país en medio del escándalo por su separación de Eugenia Tobal. Ciudad.com habló en exclusiva con el actor sobre la relación que forjó con Francella y sobre su trato con la prensa (ver videonota).
-Volvés al cine con una propuesta interesante, que tiene un trasfondo histórico. ¿Qué fue lo que te interesó de ¡Atraco!?
-Me interesó todo, el proyecto, quiénes iban a estar, que se iba a filmar en España. Fue un sí rotundo. Fue algo espectacular para mí tener esta posibilidad. Para mí era un experiencia nueva filmar afuera, conocer gente...
"No es fácil estar lejos del país. Fue mucho tiempo de grabación y no fueron gratas las cosas que escuchaba que se decían acá".
-¿Cómo viviste la lejanía del país, que además coincidió con un momento particular tuyo?
-No es fácil. Fue mucho tiempo. No fueron gratas las cosas que escuchaba. Era medio raro estar solo, lejos. Pero lo disfruté muchísimo igual. Me encontré con gente que me apoyó, que me escuchó los momentos que yo quería hablar, que me respetó los silencios. Me sentí muy contenido. Por eso cuando veo la película y me acuerdo de momentos vividos, de lo que estaba pensando ese día… O hacés un repaso de esos dos meses y pico, estoy más que orgulloso de haber vivido la aventura que viví. Tuvo sus momentos duros, feos, lindos, pero fue una aventura linda.
-¿En quiénes te apoyaste?
-Los argentinos fuimos cuatro: el productor, Guillermo (Francella), Daniel (Fanego) y yo. Se armó un grupito que los días libres nos íbamos a ver un partido de futbol… Poniéndonos el hombro porque no es fácil estar tanto tiempo lejos de la familia, cada uno con su historia.
-Vos trabajaste con Alfredo Alcón en teatro y televisión y dijiste que habías aprendido mucho de él. ¿De Francella que te llevaste con esta experiencia?
-Muchas cosas. El hecho de estar solos, tener que bancarnos, tener que estar apoyándose el uno en el otro, hizo que existiese una mirada o una complicidad que hasta se ve en la película. Lo que estábamos viviendo nos conectó desde otro lado.
-Cuando llegaste acá se armó una especie de tormenta mediática por tu separación de Eugenia Tobal. ¿Cómo lo llevaste y cómo lo llevás?
-Creo que se aprende. Estoy aprendiendo a manejarlo. Trato de entenderlo…
-¿Y lo entendés?
-No siempre. Cuando creés entender, de repente pasa algo y decís: '¿Y ahora por qué? ¿Cuándo termina esto?'. Está claro que hay cosas que me gustan más que otras. Pero… es lo que hay.
"Estoy aprendiendo a manejar el tema de la prensa. Trato de entenderlo, pero no siempre lo logro".
-¿Nunca pensaste que la actuación podía ser un arma para afrontar tu relación con la prensa, a vos que no te gusta tanto esa parte del trabajo?
-No creo que sea parte de mi trabajo. Y actuar ante cosas que no me gusta, no me sale. Las cosas deberían ser más simples y entenderse tal cual son. A vos te gusta un pantalón rojo, y a mí puede no gustarme y a ella (señala a una productora) a lo mejor no le gusta nada. Y está todo bien. Si no le gusta el pantalón rojo, eso no lo hace una mala persona.
-Ya que no te gusta hablar demasiado, te pregunto por sí o por no: ¿estás muy feliz de novio como escribió Eugenia Suárez en Twitter para desmentir rumores?
-¿Puedo no contestar?
-Podés.
-Hablen ustedes.