A Luismi se le permite todo. Y sino, basta con chequear la última información, publicada por la cadena Univisión, en donde señalan que Luis Miguel dejó en claro, una vez más, su condición de divo mundial.
Después del exitoso paso por Argentina el año pasado, en donde el astro de la música desplegó varias exigencias entre las que figuraban doce rosas blancas sin espinas en su cuarto, un otorrinolaringólogo, dos tanques de oxígeno y una escolta policial permanente, el músico continuó con su saga interminable de pedidos extravagantes.
Tal es así que, según informa Univisión, Luismi descendió de su avión en Nevada, Las Vegas, y exigió que lo reciba su agente de seguridad, nada menos que con una enorme copa de vino en las escalinatas.
Por supuesto que esta no es la única exigencia del El Sol en Las Vegas. En su infaltable lista de pedidos, figuran, además, bebidas como tequila, whisky y vodka; cortinas negras en la habitación donde se hospeda, velas con aroma a vainilla, sólo toallas blancas, camilla de masajes, una bicicleta fija y un chef personal.
El cantante mexicano llegó a la ciudad del juego para brindar, como cada año, una serie de conciertos en el The Colosseum del Caesars Palace, del 15 al 18 de septiembre.
¿Cuál será la nueva excentricidad de Luismi en su próxima parada?