Fernando Trueba y Ricardo Darín tienen muchas ganas de que el público argentino vea por fin "El baile de la victoria", la película que casi lleva al actor argentino por partida doble a los Oscar.
Recordemos que Darín y Trueba fueron invitados al programa de Susana Giménez con el objetivo de promocionar su nuevo trabajo. Pero el actor no estuvo muy agusto y se enojó con la Diva porque le dieron muy poco espacio a un prestigioso director como lo es el español.
El film representaba a España en la carrera por la estatuilla, pero no quedó entre los finalistas y el Oscar a la mejor película extranjera fue finalmente para la argentina "El secreto de sus ojos", protagonizada por Darín. Trueba, a su vez, ya se había ganado ese premio en 1992 por "Belle époque".
"Estoy muy ansioso por ver qué pasa con el público argentino con esta historia", dijo el actor argentino en Buenos Aires a un grupo de periodistas antes del estreno de "El baile de la victoria". "Le tengo mucha fe. Pero tengo gran curiosidad al mismo tiempo".
Y es que la historia, basada en una novela del chileno Antonio Skármeta, el autor de "El cartero de Neruda", y ambientada en Chile en los albores de la democracia, resonará en muchos argentinos, que comparten con los chilenos el siniestro pasado de dictadura.
"Casi diría que lo más importante es que esta película se vea en Argentina y en Chile", afirma Trueba. Y no sólo porque se haya rodado en Chile, basada en una novela chilena y con muchos actores de ese país. Y porque además de Darín actúe el argentino Abel Ayala y el director de fotografía, Julián Ledesma, también sea argentino.
"El baile de la victoria", que a las salas argentinas llega este jueves 9 y en Chile se estrena en noviembre, es el regreso de Trueba a la ficción siete años después de "El embrujo de Shanghai".
Darín, que quitó importancia a las declaraciones publicadas hace unos días por un diario local, según las cuales el cuerpo le está pasando factura por tanto trabajo, estrenar "El baile de la Victoria" después del éxito de "El secreto de sus ojos", de Juan José Campanella, y de "Carancho", de Pablo Trapero, no supone ninguna presión.
"Cada historia es única en si misma, tiene su propia identidad y va a seguir su propio camino. No siento ninguna responsabilidad. Si la sintiera, no haría más este trabajo. Me pondría una rotisería", bromeó.
Fuente: DPA