Luego de ser goleada por Alemania por 4 contra 0, la Selección argentina se despidió del Mundial de Sudáfrica con más pena que gloria. El vestuario fue un mar de lágrimas, con un Lionel Messi dolido por no haber cumplido con las expectativas y una tribuna repleta de hinchas y familiares que despedían desconsolados la ilusión de ver al equipo en lo más alto.
Las más acongojadas fueron las mujeres de Diego Maradona: Dalma fue la primera en saltar a la cancha para decirle a su papá "Para mí seguís siendo el mejor
del mundo", en tanto Gianinna permaneció en las gradas llorando y dejando al cuidado de su madre al pequeño Benjamín. Claudia también se mostró muy mal, pero decidió contener el llanto para apuntalar a sus hijas.
Pero ellas no fueron las únicas: las caras en el banco de suplentes fueron un drama, del mismo modo, hubo resignación en las caras del hermano y la novia de Messi y furia en el rostro de la mujer de Verón.
"Esto es lo más triste que viví en mi carrera deportiva", le dijo Diego a sus muchachos sin dejar de llorar, y se hizo cargo de la responsabilidad cuando en la conferencia de prensa dijo sentirse orgulloso de lo hecho por sus jugadores.
(Revista Gente)