Lito lo llamó para compartir la dirección de Sueños de milongueros. "Es una obra de cámara. No es un pieza convencional", la define Carlos Moreno.
"A mí siempre me gustó el tango y lo bailo. Me une con el tango una larga historia. De chiquito, pasaba discos en un club de mi barrio, en La Plata, con unas bocinas que daban a la calle", recuerda.
"Es un espectáculo muy noble, sin artificios de ningún tipo, es muy despojado. Lo más importante son las personas que están ahí, contando una historia a través del tango, de la música y de los relatos", explica Moreno, quien con esta obra siente que recupera "a aquel chico de 10 años que fui".
Incluso recuerda que siendo niño, con un amigo, cantando a dúo, llegó a ganar un concurso de tango. "Después canté profesionalmente, con un cuarteto, pero eso fue mucho tiempo más tarde", repasa.
"Es curioso que a la Argentina vengan actores de afuera a aprender a bailar tango, y los actores de acá no lo sepan bailar", dice con sorpresa este actor y director que, entre otras puestas, estuvo al frente de Te necesito vivo y Taxi 1.