Si hay compositores que hacen sus canciones leyendo el diario, la formación letrística de Eminem sale de la People, la Star, la InTouch y demás revistas sobre celebridades. Porque si alguna vez se destacó como el raper blanco que sufrió la discriminación inversa en su negrísima Detroit y como un white trash harto y con letras filosas, hoy elige volver a contar su historia a través del mundo del chisme. Relapse aborda la historia de Eminem centrándose en su adicción a las drogas, las entradas y salidas a rehabilitación y las burlas a los famosos mediáticos de turno.
En 3AM, el tema que abre el disco tras una breve intro, se muestra como un adicto al zapping que busca tetas en tevé, encuentra Hannah Montana y juega con una idea que cruza todo el disco: el fiestero con gente tirada en el living/ el asesino que masacró y dejó un tendal de víctimas. Entonces vuelve sobre el horrorcore -ese subgénero del hip hop salido de la saga Martes 13- y rapta a una chica, se mete en la piel de un padrastro que abusa brutalmente de un chico, es un asesino serial que ya se cargó a Lindsay Lohan y a Britney Spears. En el medio, chistes sobre el consumo ajeno, bromas sobre los difuntos Christopher Reeves y Heath Ledger y más.
Sus adicciones son el nuevo tópico personal agregado a sus otras dos obsesiones: su ex mujer y su madre. Kim (The Marshall Mathers LP, 2000) repasaba violentamente su matrimonio y hoy lo reemplaza por su noviazgo fallido con Mariah Carey. Le pide que vuelva, la insulta despechado porque ella negó el romance y en el medio caen Luis Miguel y Nick Cannon. El Edipo jamás resuelto que arrastra desde el comienzo de su discografía -Relapse es su sexto álbum- vuelve en My Mom, donde en medio de un berrinche blogger la nombra como la causante de sus problemas de drogas. "Mi mamá amaba el Valium y un montón de drogas. Por eso tomo lo que tomo. Yo soy mi mamá".
(Fuente: Clarín)