Dawn Eden, una ex groupie inglesa y actual periodista de 40 años confiesa en sus memorias haber sacrificado los mejores años de su vida en las garras del sexo casual .
Desde la adolescencia, Dawn Eden se convirtió en una afiebrada fan y gran conocedora del género del rock, y ya como periodista, se dedicó a cubrir este tema que le ofrecía un bonus: al sentirse sexualmente atraída por los rockeros, no podía evitar el tener sexo casual con ellos.
Fue así que durante varios años se embarcó en el proyecto de escribir un libro que contara como era la vida de estos ídolos musicales. Para ello, tuvo que acompañarlos en sus largas giras por el mundo. Esa fue la excusa perfecta para que, luego de una entrevista o sesión de fotos, conociera músicos de diferentes edades y estilos, y tuviera encuentros sexuales de una o dos noches.
"Como millones de jovencitas, nací en un mundo que nos animaba a explorar nuestra sexualidad, lo cual era presentado prácticamente como un acto feminista", recuerda Dwan, quien se ubica como hija de la revolución sexual ya que su madre vivió el apogeo de los 60.
Según memoriosos, todo pareciera haber comenzado en esa mítica década cuando Helen Gurley Brown, la famosa editora de Cosmopolitan lanzó una pregunta que hizo historia: "¿Puede una mujer vivir el sexo como un hombre?". "Sí", fue su respuesta, "porque, al igual que el hombre, la mujer es una criatura sexual".
Como consecuencia, revistas femeninas al igual que la propia Cosmopolitan llenaron sus páginas con artículos como "Los nuevos trucos para el sexo" y otros que ayudaron a que las mujeres se desinhibieran sin el miedo a que se las llame prostitutas.
En sus andanzas como groupie y cronista del rock, Dwan Eden cumplió la ilusión de muchas jóvenes: tener una noche de pasión con sus ídolos. Sin embargo, pese al privilegio de irse a la cama con las estrellas más deseadas de los 80 s, hoy reniega de esa experiencia que la puso al borde del colapso emocional.
Según cuenta, si bien parecía cumplir con la filosofía del amor libre y le costaba reconocer lo vulnerable que se sentía cuando decenas de amantes la despedían a los pocos minutos del encuentro, mientras más bueno había sido el sexo, más infeliz comenzó a sentirse. ¿Por qué? Simplemente porque eso le hacía tener esperanzas de que una relación podría llegar a prosperar. Cosa que le sucede a muchas mujeres.
"Las mujeres no estamos hechas para eso, sino para crear lazos. Por mucho que tratemos de convencernos, no es así, y el sexo siempre nos dejará vacías si no estamos convencidas de que somos queridas", explica.
Tras tomar conciencia de esto, Eden denunció en su autobiografía, recientemente publicada en Londres lo que muchas jóvenes entre 20 y 30 años, practicantes del sexo esporádico, tardan en intuir.
"Influenciadas por una cultura en la que quien no tiene sexo, no existe, muchas creen que el sexo desenfrenado y con desconocidos es algo que les da seguridad, incluso la aprobación de su grupo. Es un engaño que las hace vulnerables e incapaces de establecer verdaderos vínculos íntimos", escribe.
Pero los puntos de vista expuestos por la autora no son exclusivos. Así lo mostró uno de los más recientes estudios al respecto realizado por la Universidad de Durham, Inglaterra, entre 1743 hombres y mujeres que tuvieron sexo de una noche.
Mientras que el 80 por ciento de ellos respondió haber disfrutado de la experiencia, sólo el 54 por ciento de ellas lo encontró satisfactorio. De este grupo, muchas confesaron que accedieron a acostarse con el amante desconocido con la esperanza de desembocar en una eventual relación que fuese más allá de una noche.
La profesora Anne Campbell, directora de la investigación, recalcó que "las mujeres, en el campo afectivo, todavía no se han amoldado a este tipo de relación". Algunas entrevistadas, además, expresaron sus miedos a que un encuentro de este tipo afectara su reputación, y otras se sintieron usadas o poco cuidadas por los hombres y menos satisfechas, al punto de ni siquiera llegar al orgasmo.
Sin embargo, nada de esto indica que el sexo casual esté llegando a su fin, contrariamente, vive su máximo apogeo entre quienes se aproximan a los 26 años. Internet alberga varios sitios destinados a ese fin, especializados en el segmento de adultos jóvenes entre los que se habla de ampliar el "círculo sexual" y no social.
Fuente: Revista Fucsia