La crisis financiera pega duro en todas partes y los despidos se convirtieron en moneda corrientes. En Rusia, un grupo de trabajadoras de una fábrica que planea reducción de personal recurrieron al embarazo para evitar ser despedidas.
Y es que según la legislación rusa, las mujeres que esperan descendencia no pueden ser echadas.
Así, la fábrica que proyectaba despedir a 27 mil empleados, tendrá que replantearse que no podrá echar a una enorme cantidad de mujeres.
Según sociólogos locales se trata de una reacción "normal" por parte de las mujeres. Cuando soplan vientos favorables todo el mundo trabaja y cuando hay crisis...la tasa de natalidad se desborda.
Sin embargo, no son todas malas noticias para la fábrica, ya que el Estado ruso paga una parte del sueldo de las embarazadas.