Se avecina una "Marioavalancha" cuando la mascota de Nintendo suma 29 primaveras. Sega acaba de lanzar una nueva competición, esta vez en la nieve; y Nintendo ultima la llegada de New Super Mario Bros Wii (20 de noviembre), que huele deliciosamente a clásico.
A principios del año que viene llegará también la esperada secuela de Mario Galaxy . El nacimiento de Mario es todo anécdotas. En 1980 Shigeru Miyamoto, que había entrado en Nintendo como artista gracias a que su padre conocía al entonces presidente, Hiroshi Yamauchi, recibió el encargo de desarrollar una recreativa protagonizada por Popeye y Olivia para el mercado norteamericano. Sin embargo, la compañía perdió los derechos de esos personajes y Miyamoto se ofreció para crear otros nuevos.
Así nació el videojuego Donkey Kong donde el protagonista, un carpintero llamado Jumpman debía rescatar a una dama esquivando los barriles que le lanzaba un gorila. El juego era tan diferente a lo que habían visto hasta entonces que horrorizó a los jefes de Miyamoto, con detalles ahora tan habituales como el hecho de que el personaje se moviera por toda la pantalla o desarrollar una historia. Sin embargo, se equivocaban.
Al igual que había hecho Atari con Pong , pusieron la máquina en un bar y a la mañana siguiente había recaudado treinta dólares. Donkey Kong se convirtió en un éxito que vendió 60.000 recreativas. En 1982, Jumpman dejó la carpintería para dedicarse a la fontanería.
En ese momento fue rebautizado -Nintendo creía que el nombre era poco comercial para el mercado occidental- y, de broma, en la filial americana sugirieron llamarle Mario por el parecido que tenía con Mario Segali, propietario del edificio donde estaba Nintendo América. En Japón el nuevo nombre gustó y así se le conocería a partir de entonces.
Mario apenas ha cambiado en veinte años, pero su aspecto se debe en gran parte a las limitaciones técnicas que existían cuando Miyamoto lo creó. "Quería plasmar un hombre de mediana edad, con un gran sentido de la justicia y que no fuera guapo", recuerda Miyamoto. Así fue como diseñó su atuendo con varios rasgos característicos: gorra, mono con camisa debajo y un gran bigote para darle personalidad. Y como color, el rojo de Nintendo, claro.
En 1985, por fin Mario dejaría las recreativas para convertirse en el rey de la consola con SuperMario Bros para la Nintendo original. Ese título todavía puede presumir de ser el más vendido de la historia de los videojuegos (con más de 40 millones de copias vendidas y sólo superado por Wii Sports , un juego que se vende de serie con Wii).
En esta nueva entrega, Mario estrenaba algunas de sus señas de identidad -por primera vez aumentaba de tamaño gracias a unos champiñones- y conseguía reinventar el género de plataformas. Fue el primero que rompió con la pantalla estática y crear un scroll lateral que se movía de izquierda a derecha a medida que el personaje avanzaba.
Fuente: 20minutos