La cocina del futuro no le rendirá honores ni a Doña Petrona, ni a Chichita de Erquiaga, ni a Choly de Berreteaga, ni siquiera a Maru Botana y a sus suculentas tortas de chocolate y dulce de leche. Anoche, Julián Weich presentó a un chef especializado en "Cocina molecular", y más que un cocinero parece un ingeniero químico.
El marco se dio en el juego de "La Visita Especial", donde los adivinadores de "Justo a tiempo" deben adivinar la profesión de una persona anónima. Pero grande fue la sorpresa cuando el individuo sometido al interrogatorio afirmó ser un chef especialista en "Cocina Molecular".
Para los de paladar anticuado, hay que decir que la "Cocina molecular" es la aplicación de la ciencia a la práctica culinaria y más concretamente al fenómeno gastronómico. Dicho en criollo, ver cómo se pueden hacer comidas nuevas pero desde un laboratorio.
Entonces, para demostrar de qué se estaba hablando, el chef molecular de "Justo a tiempo" sacó un enorme tarro de nitrógeno líquido que el común de la gente sólo había visto en la película Terminator II- y comenzó a preparar algo que llamó "Pochoclo de arroz con leche".
Con más miedo que pasión, todos los integrantes del programa de Julián Weich fueron probando los platos extraños para dar un veredicto, que desde la incredulidad y el miedo fue desconfiadamente positivo.
Parece que las nuevas tendencias son las comidas preparadas en tubo de ensayo, con fórmulas químicas complicadas y sólo autorizada la preparación al que pueda mostrar un título universitario de la UTN. Aún el sabor no puede transmitirse al televidente.
Pero así como hace unos años veíamos desde "Utilísima" como Patricia Miccio nos demostraba con sus gestos que un plato era rico o no, ahora debemos confiar en que la "Cocina molecular" llegó para quedarse. Recemos que no reemplace jamás a un buen asado o a un potente plato de ravioles.