La escuela secundaria Lichang en Jinan, China, provee a los alumnos de maniquíes y bolsas de arena con la cara de sus profesores para que se descarguen pegándoles puñetazos, garrotazos o patadas. Meng Fanxiang, el vicerrector de esta escuela sostiene que "los adolescentes tienen muchos problemas y pueden estar bajo grandes presiones por sus estudios. Es mejor que se descarguen así, que de otra forma".
La propia foto del vicerrector tapa la inexpresiva cara de un maniquí cansado de recibir golpes. Otros maestros, administrativos, y directivos también han prestado sus facciones para servir a la violenta fantasía homicida de estos inestables jóvenes asiáticos. También abrieron un salón de charla y consulta, que es preferido por las señoritas.