En sus casi 13 años de matrimonio, los hijos no han sido necesarios, tampoco deseados.
Biberones, pañales o paseos por el parque con un niño, o una niña, de la mano no están dentro de sus planes, ni a corto ni a largo plazo. Francisco y Raquel confiesan que hay quienes los ven como "un caso muy raro". Lo cierto es que las parejas que han decidido no tener descendencia van en aumento, sobre todo en países desarrollados como Australia, Estados Unidos y España, en donde se han creado organizaciones y movimientos cuya bandera es no procrear.
Buscando en internet, María Elena Vega-Oxley entró en contacto con No Kidding! Fundado en 1984, este grupo tiene ya 98 capítulos en seis países. "Lamentablemente, no existe ningún capítulo en América Latina", menciona esta mujer que nació en Chicago, pero cuyos padres son mexicanos.
"Soy cien por ciento mexicana", dice. Su español no es perfecto. Sonríe cuando cuenta que está casada con "un gringo" y muy seria explica que No Kidding! es un club social internacional no lucrativo para las parejas y los solteros adultos que, por cualquier razón, nunca han tenido niños.
"Somos un club social, nada más". Y sí, las razones por las que los miembros de este grupo no quieren concebir son variadas y van desde la sobrepoblación hasta el ver a un hijo como un obstáculo para desarrollarse personal y profesionalmente. Hace tiempo que María Elena, de 42 años, tuvo muy clara la razón por la que no quería tener hijos: "Cuando tenía 12 años mi mamá murió. Desde entonces nunca quise que nadie sintiera ese tipo de tristeza". Lograr que su familia respetara su decisión no fue fácil. En sus primeros ocho años de matrimonio, María Elena escuchaba a su padre: "Quiero tener nietos". El tiempo le sirvió como aliado. "Ahora mi familia respeta mi decisión. Tengo perros y mi papá los llama nietos y yo los llamo mis bebés ".
No Kidding! realiza una convención internacional cada dos años; su próxima reunión será en junio de 2006 en Toronto, Canadá. Francisco tiene 45 años, es ingeniero mecánico y tiene un doctorado en historia. Su esposa, Raquel, tiene 35 y una maestría en historia. "Somos una pareja como cualquier otra", sólo que sin hijos. Los dos trabajan y estudian; con sus ingresos podrían mantener a uno o dos niños, "pero en ningún momento nos ha surgido la cosquilla de tenerlos, así estamos muy bien", relata Francisco, quien hace algunos años se realizó la vasectomía.
Francisco y Raquel comparten su pasión por la historia y los viajes. "Hace cien años nuestro caso sería motivo de escándalo, se preguntarían ¿qué pasa con ellos?, ¿quién de los dos es incapaz? Ahora las cosas están cambiando". Y aunque sienten que en sus respectivas familias se les ve como bichos raros, en casi 13 años de matrimonio han aprendido a defender su postura y dar respuestas contundentes cuando se topan con la pregunta: ¿cuándo tendrán un hijo? Casos como los de Francisco y Raquel son cada vez más comunes.
En Pekín, China, una décima parte de las parejas opta por no tener hijos; en el año 2000 un estudio de la oficina del Censo de Estados Unidos demostró que en 20 años se había incrementado del 10 por ciento al 20 por ciento el número de mujeres de 40 y 44 años sin hijos; en España, el Instituto Nacional de Estadística reporta que los hogares formados por parejas sin niños menores de 14 años (19,4 por ciento) superan a los integrados por las parejas que sí los tienen.
Las parejas sin hijos son tema de varios libros; uno de ellos es The Childless Revolution (La revolución de no tener niños), cuya autora, Madelyn Cain, calcula que dentro de cinco años el número de parejas sin niños será 44 por ciento más que hace 15 años. En México, el Informe de ejecución del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo 1994-2003, editado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), señala que los hogares que se componen de parejas sin hijos "han ido incrementándose ligera, pero sistemáticamente".
Una de ellas es la que integran Víctor y su esposa. "Nunca nos aferramos a tener hijos, dijimos: Si no llegan, no hay problema ", explica este hombre de 45 años, con posgrado en letras y una vida en pareja "feliz".
México aún está muy lejos de alcanzar los niveles de otros países como Australia, en donde 24,9 por ciento de las mujeres en edad de tener hijos no quieren tenerlos. Sin embargo, en los últimos años han existido cambios notables, ya que si en los años setenta las mexicanas tenían alrededor de siete niños, en la actualidad el promedio es de 2.6 hijos.
Guadalupe Velasco ni siquiera piensa en tener uno o dos niños. Ella, a sus 41 años, simplemente no se imagina una vida con hijos. Hace 20 años que tomó la decisión. "Es mucha responsabilidad, tienes que educarlo, cuidarlo, es una persona que va a depender de ti... Alguna vez tuve un perro y terminé regalándolo. Si una mascota necesita tiempo y cuidados, imagínate un hijo". Cálculos realizados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos muestran que el costo de un hijo hasta los 17 años es de un millón 140 mil pesos mexicanos [unos US$ 108,000.00].
Ser padre o madre, cuesta. Por eso, los miembros de la asociación Childfree señalan en su página de internet: "Somos maestros, doctores, comerciantes, escritores, expertos en computación, etcétera, que elegimos llamarnos a nosotros mismos childfree (libres de niños) o childless (sin hijos).
Libres de no perder la libertad personal, el dinero, el tiempo y la energía que requieren los niños".
Como otras páginas de su tipo, el sitio web de Childfree cuenta con un foro de discusión y apoyo para las parejas o adultos solteros que han elegido "una vida libre de niños". Este fenómeno llamó la atención de los creadores de la serie animada The Simpson, quienes en su temporada número 15 incluyeron un capítulo en el que presentan a miembros de estas organizaciones que están en contra de pagar impuestos para el mantenimiento de los parques, para sostener la educación pública o que se quejan porque no tienen los mismos derechos laborales que sus compañeros con hijos.
Grupos como el australiano Child Free, fundado por David y Susan Moore, promueven la existencia de restaurantes y hoteles "libres de niños". La sobrepoblación y todos los problemas que ello acarrea, como la falta de alimentos o la contaminación del planeta, son argumentos de peso para no tener más hijos. Esta es la postura que defienden organizaciones como la estadounidense Population Connection, llamada antes Zero Population Growth y que desde hace 40 años trabaja impulsando programas educativos para contrarrestar la sobrepoblación.
En la actualidad, el planeta es habitado por poco más de 6 mil millones de seres humanos.
¿Para qué seguir procreando?, se preguntan los miembros del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria (VHEMT, por su sigla en inglés). Cuando cada humano elija dejar de reproducirse, la biosfera terrestre será capaz de regresar a su antigua gloria, y todas las demás criaturas serán libres para vivir, morir, evolucionar y, tal vez, desaparecer, como tantos experimentos de la madre naturaleza lo han hecho al paso de las eras.
Se le devolverá la salud a la ecología terrestre". "Beautiful boy", de John Lennon, suena diferente desde hace once meses para José Antonio. Hace dos años este melómano y periodista decía que no quería tener hijos, esta postura también la compartía su pareja con quien lleva ya 10 años de vida en común. Estaba convencido de que tener un hijo iba a obstaculizar varios planes". Pero los planes cambiaron. "Ella comenzó a insistir en el tema; llegó el momento en el que me dijo si no quieres tener un hijo, ahí muere . Y me aventé, aunque me causó mucho conflicto, todo el embarazo lo viví con angustia, me preguntaba: ¿qué vamos a hacer?, ¿cómo va a cambiar mi vida, nuestra vida?"
Fuente: El Porvenir