Hace una semana, Gonzalo Basile, "el Patón", apareció en la tapa de Clarín. Fue el viernes 6 de marzo. "Pistola tatuada", decía el epígrafe de la foto donde se lo veía custodiando al gremialista Pablo Moyano, del sindicato de camioneros. Basile pesa 117 kilos, calza 49, mide dos metros y está todo tatuado. Se parece a Brutus, el grandote de Popeye. Y aunque tiene el ya célebre tatuaje del arma y las dos balas impregnado en la sien, es un grandote bueno.
Frente a las voces que lo señalan como patovica de Moyano o fuerza de choque del sindicato, el Patón da la cara y niega todo. Y a una semana de la foto inicial de Clarín, ya conoce los diarios, las revistas y la tele. Es más: disfruta de su fama y la aprovecha para impulsar su carrera de boxeador profesional (que también difunde con un MySpace).
El Patón no es un boxeador más: a los 34 años, está primero en el ranking argentino de los pesados y es campeón latino del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la organización Mundial de Boxeo (OMB). Tiene 43 peleas como profesional, 39 victorias (18 por K.O.) y cuatro perdidas. Y no piensa parar. Es recolector de basura, y está con licencia deportiva para entrenar mañana y tarde porque el 21 de marzo va en busca de un triunfo más. La pelea será quince días después de la polémica foto.
¿Pero cómo es la vida del polémico hombre que lleva en su pecho un tatuaje que dice "100% Camionero CGT"? El Patón vive en un hotel que le banca el sindicato, que patrocina su carrera (y la de otros cuatro boxeadores afiliados al gremio). "A veces hay manifestaciones a las que quiero ir y Pablo (Moyano) me dice que no, que me quede entrenando", cuenta Basile, que no se cansa de aclarar que sólo es una afiliado más del gremio, que vive por su familia y que ama a Perón y a Evita.
Entre los amores del Patón están sus cuatro hijos y la mujer que hoy lo acompaña, Yanina. Hace 16 años, cuando el tenía 17, el destino lo sorprendió: su primera hija iba a venir al mundo. Luego vendrían los mellizos que hoy tienen 14 años y más adelante su último hijo, de 8 años. Los cuatro viven con la que hoy es su ex mujer, en Monte Grande, pero ven a su viejo todos los sábados.
La piel de Basile se esconde detrás de más de 120 tatuajes, entre los que también hay una geisha, un indio y el escudo del Partido Justicialista. "Algunos tienen sentido y otros no", dice el Patón. Y, una vez más, aclara: "El arma no significa nada: no maté a nadie, no estuve preso ni pienso suicidarme". Sin embargo, fue el tatuaje que lo llevó a la tapa de los diarios. Y el Patón no se arrepiente.
En los videos, el Patón habla de su familia, del sindicato y del boxeo; y entrena duro en el gimnasio. ¡Imperdibles!