En una Trastienda llena, el cantautor irlandés Damien Rice hizo un repaso de sus dos discos solistas y, más solista que nunca, se puso sobre los hombros un show de más de una hora y media que quedará grabado en la memoria de todos los que estuvieron ahí.
Sin ningún tipo de publicidad ni movimiento de prensa, el cantautor irlandés interrumpió sus vacaciones para hacer una serie de conciertos íntimos en Brasil, Argentina y Chile. Y cuando se dice "intimo" no se exagera. Rice estaba literalmente de vacaciones, por lo cual vino sin músicos, sin sonidistas ni plomos. Solo él, su guitarra y el público.
La formula de tres funcionó perfectamente, incluso en el momento en que una cuerda de su guitarra se rompió y no tuvo a nadie para que se la cambie: "ahora van a ver una clase instructiva de como cambiar cuerdas", advirtió entre risas.
Desde el principio Rice se conectó con el público, a base de anécdotas, bromas e incluso el tocar temas a pedido, por más desconocidos que sean ("Esta canción va dedicada a las tres personas de esta sala que la saben" bromeó en un momento).
Pero, además de canciones desconocidas, también tocó los temas más solicitados. Cannonball, Amie (precedida por una larga anécdota sobre una relación fallida con una amiga) 9 Crimes, Delicate, Volcano (¡En la que hizo que más de cien personas del público subieran como coristas!), y, por supuesto, The Blower s Daughter, la canción principal de la película "Closer".
El cierre fue con la impactante Cheers Darlin , donde dejó la guitarra, conectó su Ipod con una pista pregrabada a los parlantes e hizo su acting: armó y se fumó un cigarrillo (a confirmar de qué) y bebió más de tres copas de vino al hilo. Luego, entre furioso, borracho y descorazonado, cantó.
Durante el concierto también se pudieron ver algunas de las excentricidades de Rice. Por ejemplo, tocó más de dos canciones con absolutamente todas las luces del lugar apagadas. También pidió que le corten el sonido y tocó y cantó sin ningún tipo de respaldo, y aún así, nadie quedo sin escucharlo.
A veces, uno puede advertir cuando un concierto va a ser o no especial por el comienzo. Este fue uno de los casos en los cuales, desde el primer momento, se sintió un ambiente cargado de emociones y momentos inolvidables, tanto para el público como para el artista quien confesó al final del show que era la primera vez que tocaba completamente solo fuera de su país. La verdad, Damien, ni se notó.
Fotos: Dana Cartannilica