Si algo se le puede reconocer a Travis es su vigencia y trayectoria dentro del pop rock británico. De hecho, a menudo se la considera precursora y se le da crédito por haber preparado el camino para que bandas como Coldplay o Keane explotaran algunos años más tarde. Su pico máximo de popularidad fue en 1999, con su segundo álbum, The man who, cuyo corte "Why does it always rain on me?" llegó al primer puesto en el Reino Unido. Antes habían captado la atención de los hermanos Gallagher, que los invitaron a telonear parte de la gira de Oasis.
En 2003 llegó 12 Memories, un disco en el que Travis exploró nuevos sonidos, así como ambientes más oscuros, a través de letras referentes a la guerra en Irak. Fue algo diferente a lo que venían proponiendo, y la duda era qué rumbo tomaría su sucesor. Cuatro años más tarde, la respuesta está al alcance de todos: con The boy with no name la banda volvió a donde se siente más segura, al pop alegre y liviano con alguno toques melancólios. A días de presentarse en el Yeah!, su bajista Douglas Payne explica como fue el proceso.
¿Qué significa haber vuelto de "lugares oscuros"?
Cuando comparás los dos discos, se nota que The boy with no name es mucho más optimista que 12 Memories, y creo que eso tuvo mucho que ver con el momento en que nos encontrábamos. Estábamos más confiados, sentimos que no teníamos que probarle nada a nadie, así que pudimos relajarnos y hacer el disco que teníamos ganas de hacer. De todas maneras, siempre hicimos eso, pero esta vez desde un lugar más positivo.
¿Sienten que perdieron el rumbo con 12 Memories?
No creo que haya sido un paso en falso porque hicimos lo que en ese momento sentíamos. Es un disco del cual estuvimos y estamos orgullosos, pero creo que los medios lo malinterpretaron y lo tomaron como un álbum político, cuando en realidad no lo es. Tiene algunos temas con connotación política, es cierto, pero el disco tiene doce canciones. No es justo llamarlo así, pero nos vimos involucrados en muchas cosas porque en ese momento éramos la única banda en decir algo acerca de la guerra en Irak. Pero creo que era el disco que teníamos que grabar en ese momento.
¿Es cierto que el título del nuevo disco se refiere al hijo de Fran Healy (cantante)?
En parte es cierto. No es que lo llamábamos así (el niño sin nombre), pero a ellos no se les ocurrió ningún nombre en las primeras cuatro semanas. Y cuando nos contó esto, Fran lo hizo a través de un mail, cuyo título era "The boy with no name", y una vez revisando su correo volvió a ver ese título y se le ocurrió que podía ser un buen nombre para el disco, algo misterioso, y quedó.
Para The boy with no name (que cuenta con la partición de Brian Eno y KT Tunstall) Travis volvió a trabajar con el productor Nigel Goodrich, presente en The Man Who y The Invisible Band. De todas maneras, esta vez el proceso fue diferente, según explica Payne: "el disco lo grabamos solos, con la ayuda de nuestro ingeniero Steve. Y cuando creímos que nuestro trabajo estaba hecho, ahí apareció Nigel, más que como productor como amigo realmente, para darnos su opinión. Y terminó participando en la mitad de las canciones del disco. Fue una especie de productor ejecutivo, vino después de que el disco fuera grabado y aportó algo de su magia".
Esta es su primera vez en Argentina. ¿Qué expectativas tienen?
Estamos muy emocionados, nuestras expectativas son altas por el entusiasmo que demostraron los argentinos en los foros y en los mensajes, tanto en la web de Travis como en el Space de la banda. Demostraron ser muy conocedores de nuestros discos y nuestras canciones. No puedo creer que haya pasado tanto tiempo y todavía nunca hayamos ido a tocar allá.
¿Qué opinión te merecen Starsailor y The Killers?
Con los chicos de Starsailor tenemos una relación bastante fluida, nos vemos seguido y hasta salimos juntos. A los Killers no los conozco tanto, simplemente de cruzarnos en algún show, pero me encantan, son una gran banda y en vivo son muy buenos. Hacen grandes temas pop/rock, saben como hacer para que un tema sea ganchero y se quede sonando en tu cabeza. Y Brandon (Flowers) es un gran showman.