En Zapatillas, el Canto del loco intentó inmortalizar un momento que se repite cada vez que alguien busca entrar a un boliche con el calzado inadecuado. Quiero entrar en tu garito con zapatillas, que no me miren mal al pasar, cantaban. El estribillo de esta canción se aplica a la perfección a casi cualquier situación del estilo, menos a una: si la que intenta lograr tal acontecido es Katharine Tuck, todo parece indicar que es mejor no dejarla pasar.
Es que esta chica de tan sólo 13 años es la dueña de las zapatillas más apestosas de todo Estados Unidos (léase hediondas, malolientes, pestilentes, agobiantes). La muchacha ha logrado tal honor luego de ganar el Concurso Nacional de las Zapatillas Putrefactas y de obtener 2.500 dólares, un viaje a Nueva York y productos de higiene para pies como premio.
El concurso comenzó en 1975 y hoy en día es auspiciado por una marca de productos para el mal olor de los pies. Este año el título fue reñido: siete jóvenes se reunieron en la localidad de Montpelier, en el Estado de Vermont, donde se celebró el certámen, tras haber ganado cada uno de ellos en sus respectivos estados.
Para lograr el premio mayor, Katherine usó sus Nikes para jugar el fútbol y al basketball, caminó con ellas por todos lados y hasta las sumergió en el Great Salt Lake donde se llenaron de camarones. La pequeña oriunda de Utah se quedó con el título que hasta el año pasado pertenecía a McKenna Dinkel, un niño de Alaska de siete años.
Ahora, sus zapatillas colgarán junto con las de McKenna en el " Salón de los Olores " de Montpelier.