El atajo a la fama que las redes sociales de Internet significaron para varios en el mundo de la música inspiró al inglés Charles Saatchi, el voraz coleccionista de arte contemporáneo, que hace un tiempo decidió cerrar la galería que dirigía a orillas del Támesis para abrir su propia galería virtual. Ahora, subiendo la apuesta lanzó Showdown, un concurso para que artistas de todo el mundo posteen su obra a la red y mediante la votación de los visitantes -aproximadamente 16 mil por día- premiará con 1500 euros a un artista emergente, y de paso seguirá en la búsqueda de nuevos talentos, esta vez con una audicencia global en la curaduría.
Todos prestaron atención cuando Saatchi apostó a una galería online, porque después de incursionar -y con éxito- en el mundo de la publicidad (junto a su hermano Maurice creó la agencia Saatchi & Saatchi, responsables del fenómeno Margaret Thatcher) también ostenta el mérito de haber llevado a la fama a toda una generación de jóvenes artistas: los Young British Artists. Escultores, pintores, performers y sobre todo artistas conceptuales que dominaron en la prensa con sus tácticas de shock y llegaron a convertirse en millonarios fueron seleccionados por Charles Saatchi para la muestra Sensation, en la Royal Academy of Art en 1997. De la partida fueron Damien Hirst y sus tiburones y vacas en formol, y la osada Tracy Emin con los nombres de todos los hombres con los que tuvo sexo pegados en el interior de una carpa inglú, entre varios otros.
Con semejantes antecedentes, una multitud de artistas de todo el mundo aprovechan las condiciones favorables de Internet para mostrar lo suyo. Desde el 26 de febrero los visitantes ponen puntaje del 1 al 10 a las obras de a pares y ya está en vigencia la segunda final para seguir en carrera hacia el podio que, además del dinero, le valdrá al artista ganador la exposición de su obra durante tres meses en la galería que Saatchi está por inaugurar en octubre próximo, ahora en el coqueto barrio de Chelsea. Sin llenar más formularios que una registración online, que acumula los currículums de artistas emercentes en la sección STUART, un futuro de artista está abierto para una multitud.
Aunque es inevitable la pregunta alrededor del amateurismo, la fama fácil y lo efímero, Saatchi parece convencido por los hechos: entre lo expuesto en su galería virtual, ya vendió obras por 150 mil euros sin que el comprador la haya visto personalmente. Además, lanzó un blog donde los artistas pueden interactuar con los visitantes. Un camino virtual de la mano de un señor que no asiste a vernissages y cree que el arte contemporáneo, con menos solemnidad, puede ser de calidad.