Abel Pintos sorprendió al revelar cómo nació su pasión por Racing Club, una historia tan emocional como inesperada. A diferencia de muchos hinchas que heredan los colores desde la cuna, el reconocido cantante se convirtió en fanático de la Academia en su adultez, tras vivir un episodio que lo marcó para siempre.
“En Argentina nacemos con un DNI y un club de fútbol. El DNI no se puede cambiar, pero el equipo sí”, expresó en una entrevista con Infobae, dejando en claro que durante años se sintió ajeno al mundo del fútbol, pese a crecer en una familia de hinchas de Boca Juniors.
El momento que transformó su vínculo con el fútbol llegó cuando un amigo cercano, fanático de Racing, atravesaba una etapa personal muy difícil. Buscando ayudarlo a salir de ese pozo anímico, Abel le propuso ir juntos al Cilindro de Avellaneda. Ese simple gesto derivó en una experiencia inolvidable.
“Me enamoró la pasión”, confesó Abel Pintos sobre lo que sintió en su primera visita al estadio de Racing. “La imagen de la gente unida por una alegría inmensa me conmovió. Lo agarré del brazo y le dije que me había enamorado del club”, relató. Desde ese día, comenzó a seguir al equipo, a vivir sus partidos con intensidad y a comprender la fuerza de los lazos que se forjan en la tribuna.

RACING ES PARTE DEL DÍA A DÍA DE ABEL PINTOS
Con el tiempo, el amor de Abel Pintos por Racing se transformó en una parte esencial de su vida familiar. “Me gusta vivir el club como lo hago en casa, junto a mi mujer y mis hijos”, aseguró. Para él, “los equipos pueden pasar buenos o malos momentos, pero la pasión no cambia”.
Tal es su conexión con la hinchada que, recientemente, la Guardia Imperial creó un cántico inspirado en la melodía de “Motivos”, una de las canciones más icónicas del artista. Aunque todavía no se volvió viral entre todos los fanáticos, ya suena en la previa de los partidos que Racing disputa en casa.
“Menos mal que no estuve en la cancha cuando la cantaron, porque me hubiese emocionado demasiado. Sentí que me daban un abrazo al alma”, expresó Abel, visiblemente conmovido por ese homenaje.