"Vos, después de lo que me hiciste, estás muerto para mí. No existís", le habría dicho Sofovich, contaron en Intrusos
Los rumores comenzaron a correr en las redes sociales y hablaban de un violento cruce que incluyó hasta bastonazos. El escándalo ocurrió en el exclusivo restaurante Las Brisas, del hotel Conrad Punta del Este, entre Gerardo Sofovich y Robertito Funes Ugarte. El conductor había decidido ir a cenar al lugar junto a su hijo y su nieta, y allí mismo protagonizó un tenso encuentro con el periodista. En Intrusos contaron que Funes se acercó a saludar a Sofovich y que Gerardo, famoso por ser un hombre de pocas pulgas, le espetó una tajante respuesta y, luego, coronó la frase con un golpe de bastón.
“Vos, después de lo que me hiciste, estás muerto para mí. No existís”, habría dicho el conductor, según la información de Augusto Tartúfoli. El encono de Sofovich con Funes remite a la desafortunada frase que el periodista disparó en octubre pasado, cuando realizaba una guardia periodística en la entrada de la Clínica Suizo Argentina, donde se encontraba internado. Ciudad.com se comunicó con Robertito para conocer los detalles del hecho y el periodista confirmó su tenso encuentro con el pope de la TV, aunque bajó los decibeles de la contienda.
"Mentira, no hubo ningún tipo de agresión, ningún bastón", aseguró Robertito.
-¿Es cierto que tuviste un cruce violento con Sofovich?
-No, para nada, no hubo ningún tipo de agresión. Es muy simple, él estaba comiendo donde yo estaba. Me acerqué a saludarlo, él siguió de largo y no me dio ni cinco de bolilla, nada más. Él estaba con su hijo y con su nieta, nada más.
-Circula una versión sobre un bastonazo.
-Mentira, nada que ver, ningún bastón, ni nada. El hombre siguió caminando y se fue con su hijo y con su nieta. Jamás, es una mentira absoluta, nada que ver.
"En su momento, fui a su casa a llevarle un vino y a pedirle disculpas en forma privada. Se lo dejé a su hijo, porque no me recibió".
-¿Pero te vio cuando te acercaste?
-Sí, me esquivó, no me dio ni cinco de bolilla. Yo lo saludé, le deseé feliz año y me ignoró.
-Después de que trascendiera tu exabrupto, ¿lo llamaste o tuvieron algún encuentro?
-Fui a la casa de él a llevarle un vino y a pedirle disculpas en forma privada. Le dejé el vino a su hijo, porque no me recibió. Nada más que eso.