Steve Harvey es un conocido comediante y conductor de televisión y radio estadounidense, quien tiene un talk show, que lleva su nombre. Pero, en medio de su programa, su producción le preparó una tremenda sorpresa que no esperaba y no pudo contener las lágrimas.
Ya que el animador estaba cumpliendo 56 años, a su equipo se le ocurrió una gran idea como regalo; a pesar del pedido expreso de él que no quería ninguna sorpresa.
En un móvil, vía satélite desde Orlando, Florida, dos personas aparecieron para saludar a Harvey. Ni bien vio a Rich en la pantalla y oyó su voz, rompió en llanto y no podía ni siquiera contestar a la simpe pregunta de si aún lo seguía queriendo. Cuando al fin pudo decir que sí, apreció Becky y las lágrimas volvieron a rodar por sus mejillas.
Estas dos personas fueron muy importantes en la vida de Harvey; pero, por cuestiones de la vida y el destino, hacía mucho tiempo que no los veía y son quienes lo ayudaron cuando más lo necesitaba: cuando no sólo no era famoso sino que tampoco tenía dinero.
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