Su voz se escucha tranquila del otro lado del teléfono. Andrea Frigerio habla con calma y medita cada respuesta. En esta época de frenesí, en el que el tiempo se ha convertido en un bien escaso, la ex modelo y empresaria dedica pausas y silencios antes de contestar.
"No tengo cirugías en la cara, sólo hago una vida ordenada. Trato de dormir ocho horas, no tomo alcohol ni gaseosas. Tampoco consumo azúcar, ni harinas. Son veneno".
Las agujas del reloj no son una preocupación en su vida. De hecho, abraza el paso del tiempo bajo el manto de la experiencia. A los 52 años, Andrea mantiene intacta su sensualidad y hace culto a la belleza natural. Abuela de Olivia (1 año y 8 meses) y esperando la llegada de Ramón, su segundo nieto, para el mes de junio, Frigerio se entregó a una charla íntima con Ciudad.com.
Andrea reveló el secreto de su belleza, contó su particular dieta y por qué afirma que el azúcar y las harinas son “un veneno”. Además, habló de su familia, explicó la razón por la que rehúye a las cirugías y hasta se refirió a la polémica suscitada semanas atrás al conocerse el bajo peso de Agustina Cherri.
Con una agenda apretadísima entre los compromisos de su empresa de perfumería, Roses are roses, la presentación de la nueva campaña de Skip #SiUnaAmigaTeDice protagonizada junto a Lulú Cahen D' Anvers, y la rutina diaria, Frigerio se hizo un lugar para hablar de todo.
- ¿El paso del tiempo es algo que te acompleje?
- Es irreversible para todos, no puedo patalear. Es ley. No me gusta que la vida sea corta y no quiero morirme todavía porque me encanta mi vida y todo lo que he construido. Tengo una familia increíble y estoy llena de amigos. Hay que aprender a disfrutar lo que tenés en el presente y sacarle el jugo. La sensación de que tu vida es finita hace que uno extreme absolutamente todo lo que vive. En ese sentido, no me gusta porque siento que en algún momento se va a terminar.
"Hago mucho 'stretchting' todos los días y muy fuerte. Hasta hace cinco años tomaba clases de danza clásica. No me gusta lo aeróbico".
- ¿Sos de cuidarte mucho?
- Estoy muy atenta en tener una vida sana. Como bien y hago mucho stretchting (elongación) todos los días y muy fuerte. No me gusta lo aeróbico y sé que estoy en falta porque debería hacer algo de ejercicio que genere exigencia al corazón. Toda la vida hice baile clásico y, hasta hace cinco años, tomaba clase. Ahora practico técnicas bien rigurosas de estiramiento de cada uno de los músculos del cuerpo para mantener el esqueleto en su lugar. Además, comemos muchísimo en casa y se hace un elogio permanente a la comida casera.
- ¿Y sólo con esto mantenés tu figura?
- Bueno, soy consecuente con mis hábitos. Las mujeres me preguntan qué hago y cuando termino de contarles, me dicen: ‘ah, bueno, qué piola, así cualquiera’. Y me da una fiaca haberle contado porque sé que no va a hacer nada, ni un cuarto. Lo único que va a hacer es decir: ‘me encontré con Andrea Frigerio y cómo no va a estar así...’. Pero a mí no me cuesta nada. No tomar azúcar es un hábito para mí, no tomo gaseosas tampoco, las fui eliminando y así en todas las cuestiones de mi vida. Fui aprendiendo lo que me hacía bien en mi propio cuerpo. No tengo cirugías en la cara, sólo hago una vida ordenada. Trato de dormir ocho horas, no tomo alcohol, no como muy pesado, trato de evitar situaciones estresantes. No hay magia en esto. Cuido mi cuerpo sin obsesión, no tengo mucho espejo en mi vida, no estoy todo el tiempo mirándome. El cuerpo me devuelve el trato que yo le doy, simplemente.
- ¿Sos vegetariana?
- No, para nada. Como de todo, el chocolate amargo me encanta. Si no es amargo, no porque el azúcar es un veneno. Las harinas también. Estudié Biología, en la facultad de Ciencias Exactas y todos los procesos metabólicos de las células los conocía desde muy chica. Sé lo que le pasa a mi cuerpo y ese conocimiento me generó la conciencia de cuidarlo.
"Para mí lo natural es lo bello. Las cirugías no me gustan. Que cada uno se haga lo que quiera, pero a mí me da rechazo".
- ¿Y tu familia cómo se lleva con tu estilo?
- Yo hago lo que a mí me gusta y el que me sigue, que me siga. En casa se plegaron a mi estilo, pero no hay extremos. Si hacemos un asado, yo como lo que sea y no le digo a los demás lo que tiene que comer. Y en mi casa me enseñaron que se come lo que hay en el plato, sin protestar. Si voy a tu casa y hacés mondongo, me siento y me lo como. Además, el mondongo me encanta, ja ja ja.
- ¿Qué opinás del cambio que hubo en los cánones de belleza? Antes eran estilos más naturales y hoy se recurre más al quirófano.
- Son estilos, para mí lo natural es lo bello. Miro un árbol, una flor, un paisaje y no hay nada que lo iguale. Por más que ahora haya técnicas novedosas, me parece que nada puede competir con lo natural. No hay nada más lindo que un rostro natural, no importa la edad que tengas. Las cirugías o los cambios extremos en un cuerpo, no me gustan. Que cada uno se haga lo que quiera, pero a mí me da rechazo. Son elecciones y si no estás conforme con lo que te dio Dios, podés destacar otra parte para que no esté en primer plano.
- ¿Teniendo una hija adolescente (Josefina, de 16 años) te preocupan estas cuestiones? ¿La asociación que se suele hacer entre belleza y delgadez?
- Por suerte mi hija es lindísima y está muy contenta con su cuerpo. Es una adolescente y se la ve contenta con su naturaleza. Hablamos mucho de todo y de estos temas también. De la imagen que devuelve el espejo que a lo mejor está distorsionada.
"No sé qué es lo que le pasará a Agustina. Hay personas que porque están trabajando mucho o están un poco nerviosas, bajan de peso. Yo he llegado a pesar 44 kilos… Pero no me parece un mensaje para destacar en los medios"
- Semanas atrás se armó mucho revuelo porque Agustina Cherri reveló que pesa 43 kilos.
-Muchas veces pasa que hay personas que porque están trabajando mucho o están un poco nerviosas, bajan de peso. No sólo tiene que ver con lo psicológico. Yo, por ejemplo, cuando tenía 20 años y Tomy (su primer hijo) era muy chiquito, estaba re contra flaquita. Entre que le había dado de mamar más de un año y estaba trabajando, estaba muy por debajo de mi peso. Muchas veces te pasa eso, pero son trastornos que tienen que ver con cuestiones externas. No sé qué es lo que le pasará a Agustina, tal vez sea su peso normal de toda la vida. Yo he llegado a pesar 44 kilos…
- ¿En serio? ¿Tan poco? Me sorprende porque sos una mujer alta (mide 1.74 metro).
- Dejame pensar… si, quizá 47 porque trabajaba mucho y tenía mil responsabilidades juntas al mismo tiempo. Corría como loca y no tenía tiempo para comer. Después me recuperé, pero puede pasar. Ahora, de ahí a destacar que si una está bajo de peso me parece bien, no. No está bueno como elemento de comunicación por parte de los medios.
- Por último, ¿cómo te llevás con el rótulo de abuela?
- Espectacular, me encanta. Cuando llegó Olivia fue una fiesta y ahora llega el varoncito. Yo tengo la sensación de que acá no está dicha la última palabra. Tomy y Estefanía (Couture) son bien prolíficos, ja ja ja. Se viene una familia numerosa, me encantan los chicos así que bienvenidos sean. Yo lo tuve a Tomy a los 19 años así que era un poco lógico que iba a ser abuela joven. Eso sí, no me lo esperaba.
se hace un elogio permanente a la comida casera. Me gusta mucho cocinar, comemos muy bien y muy balanceado.
se hace un elogio permanente a la comida casera. Me gusta mucho cocinar, comemos muy bien y muy balanceado.