En su desopilante paso por el Intrusos, Vicky Xipolitakis (27) reveló varias verdades respecto a su mentado viaje a Dubai. En un hilarante diálogo con Jorge Rial, la vedette explicó que no tuvo contacto con Diego Armando Maradona y que viajó en primera clase porque las autoridades de la aeronave la invitaron a cambiar de asiento (?).
"Antes de ir a hacer unas fotos, en el lobby del hotel se me sienta un árabe al lado. Nos entendíamos como podíamos. Me dice ‘¿cuánto tardás?’. Y yo le dije ‘two hours’, dos horas. Me pidió el número de habitación y se lo dí porque quizá me quería mandar algún regalo. Pero a las dos de la mañana, el árabe me toca la puerta. Entendió que a las dos de la mañana lo esperaba en mi cuarto… No creo que haya pensado que era una prostituta, capaz que me quería levantar…".
Al interrogarla sobre sus vacaciones, Rial se quedó perplejo porque ella no sabía cómo eran los templos de los musulmanes y embromó a Xipolitaxis:
Rial: -¿Fuiste a alguna mezquita?
Xipolitakis: -¿Qué es una mezquita?
R: -La mezquita es un shopping nuevo de seis pisos.
X: -Fui al más grande, pero…
R: -No, más grande que el Dubai Mall.
X: -Ah, al Dubai Mall fui y hay uno en el que se esquía. También al que tiene pista de patinaje. Fui a esos dos shoppings. Me llevaron los chicos.
R: -Bueno, son esos dos y el Mezquita Mall, que lo inauguraron dos días antes de que vos llegraras. Es jodido, porque es como tranquilo. ¡La mezquita es el templo!
X: -Ah, ¡el templo! ¡Sí! Fui cuando quise conocer a los camellos...
Tras contar la interesantísima experiencia tomándose fotos junto a los camellos, la mayor de las griegas entró en otra laguna mental cuando Luis Ventura le consultó cuántas jorobas tenía el animal con el que posó. “¿Eran camellos o dromedarios? ¿Tenían una o dos jorobas cada animal?”, precisó Rial. “¡Eran camellos! Yo el inglés la verdad que no lo manejo muy bien”, se excusó la rubia.
Entonces, Vicky siguió con su alocado relato: "Cuando vuelvo al hotel, tenía que hacer otra sesión de fotos. Me siento en el lobby esperando al fotógrafo y se me sienta un árabe al lado. Nos entendíamos como podíamos. Me dice ‘¿cuánto tardás?’. Y yo le dije ‘two hours’, dos horas. Entonces, me pidió el número de habitación, yo se lo dí porque quizá me quería mandar algún regalo como agradecimiento. Pero yo me fui. Y en eso, a las dos de la mañana, el árabe me toca la puerta. Entendió que a las dos de la mañana lo esperaba en mi cuarto… No creo que haya pensado que era una prostituta, capaz que me quería levantar…".
A modo de conclusión, Victoria Xipolitakis compartió lo que aprendió de la cultura arábiga: "¿Saben cómo hacen el amor? ¡Con las túnicas puestas! No estuve con ningún árabe, no me gustan. Lo sé porque antes de viajar me quise empapar un poquito…".