Las ganas de aprovechar la chance de trascender explotando toda la energía y el talento acumulados arrojó una de cal y otra de arena en la noche del debut de El Artista del año. A Melanie Farnos la ayudó a encauzar toda su emoción para impactar tanto al jurado y como al público, pero a Gabriel Pastina casi lo deja afuera del certamen, y para colmo un desafortunado grito lo complicó.
Melanie es la más joven entre los 25 finalistas que aspiraban a ingresar en el conservatorio. Con apenas 18 años, una voluntad inquebrantable y un sueño por cumplir, dejó atónitos a todos los presentes en el estudio y no por su belleza. La humilde joven trabajaba de vendedora de chipá en la estación de trenes de José C. Paz antes de ganarse indiscutidamente el pase de ronda.
A Gabriel sin embargo, llorar antes de comenzar su performance no jugó una buena pasada. Nacha Guevara ya había advertido antes con crudeza que no le gustaban los imitadores y él no fue la excepción. Gracias a la codependencia de Nicolás Repetto, el joven pudo clasificarse raspando.
En medio del angustioso festejo, que acompañó con un innecesario exceso de llanto y sobreactuación de la alegría, su caudalosa multitud de familiares y amigos le hicieron sentir el apoyo. Fue por eso que cuando Nacha escuchó un insulto en el silencio que imperaba mientras daba la devolución, la jurado quedó descolocada.
Pero con mucha cintura televisiva, Mariana Fabbiani de inmediato se lo atribuyó a un grito entre técnicos del canal. Poco crédula, Guevara bromeó: “Qué lindos modales eh. Espero que no sea para mí viejo, ¿no?”. La tensión sentió, pero pronto se diluyó.