Juan Carlos Copes pasó un pésimo momento cuando fue abordado en su auto por cuatro delincuentes: "Me golpearon un poco la cabeza, no me lastimaron. Esperaba, el tiro del final", resumió el eximio bailarín de tango, en referencia a la canción "Desencuentro", de Cátulo Castillo.
Los asaltantes obligaron a Copes a ingresar a su domicilio a punta de pistola y lo ataron a una silla. Finalmente lo reconocieron aseguraron que ellos también estaban trabajando, y se fueron con 7000 pesos, un puñado de dólares sueltos, joyas de su esposa, su alianza de matrimonio, su reloj y una cadena de San Benito de su madre que le arrancaron del cuello.
“Veo que vamos a tener que salir todos vestidos de Rambo para defendernos", ironizó el tangero resignado, pero sano y salvo.