Los amantes de las películas con tiburones pueden encontrar en el nutrido catálogo de Netflix una producción francesa que sin duda rompe el molde, genera intriga y por supuesto momentos de pánico. Se trata de En las profundidades del Sena.
Durante las casi 2 horas de duración, no hay lugar para distracciones. Una trama intensa, que cautiva y genera terror, son razones más que suficientes por las que el filme dirigido por Xavier Gens no es apto para menores de edad.
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De qué trata ‘En las profundidades del Sena’
La trama presenta a Sophia Assalas (Bérénice Bejo), una brillante científica que, junto con una activista medioambiental, descubre que un gran tiburón, letal y desorientado, comenzó a merodear por las aguas del río Sena. Para evitar una masacre en pleno corazón de la ciudad, ambas mujeres unen fuerzas con Adil, el comandante de la Policía fluvial, en una frenética misión para detener al depredador antes de que sea demasiado tarde.
Un punto clave es que la situación inesperada pone en riesgo la realización de un triatlón, evento deportivo cuyos réditos políticos son ansiados por las autoridades de turno.

¡Alerta, a partir de aquí puede haber spoiler!
Sophia no sólo perdió al equipo de investigadores a su cargo, sino también a su amoroso esposo. Las implicancias de lo ocurrido motivaron que se aleje de todo esto, hasta que inesperadamente, una joven de nombre Mika (Léa Léviant) la persuade de visitar su asociación Save Our Seas (Salvemos nuestros océanos), enfocada en salvaguardar tiburones de cazadores en distintos puntos de la costa francesa.
Posiciones que contrastan
La película deja algunos temas para el análisis. Uno de ellos tiene que ver con los contrastes entre Sophia y Mika, mujeres que no ocultan su preocupación por la conservación del ecosistema marino, pero que no obstante se desenvuelven de manera notoriamente distinta.
Por un lado, la especialista, quizá guiada por su tragedia personal, reconoce que, aunque los tiburones deben protegerse, de ninguna manera esto puede ir por encima de la integridad de los seres humanos. Su contrapunto aparece con la joven activista, quien parece priorizar la idea de que “los tiburones solo atacan si se sienten amenazados”.

Similitudes con Tiburón, de Steven Spielberg
En Tiburón (1975), un clásico de Steven Spielberg, el jefe de policía Brody (Roy Scheider) quiere cerrar las playas de la isla de Amity cuando descubre que un escualo está atacando a los bañistas. Pero su propuesta es rechazada por el alcalde, que no quiere perderse el arranque de la temporada veraniega en Long Island, la principal fuente de ingresos de la localidad turística.
Medio siglo después, al hablar de En las profundidades del Sena, a poco de que se inaugure el triatlón de los Juegos Olímpicos, donde centenares de nadadores se lanzarán a las aguas del río que recorre la Ciudad Luz, surge la duda. ¿Hay un tiburón en el Sena?
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Y como era de esperar, otra vez el poder político, en este caso la alcaldesa de París, es quien frente a las evidencias decide no informar a la prensa. Todo sea preservar la fiesta olímpica sabiendo… aunque puede costar vidas.