El macabro hallazgo de los cuerpos de tres jóvenes de entre 15 y 20 años en una casa de Florencio Varela dejó al descubierto un entramado de narcotráfico y prostitución que se extiende a lo largo del Conurbano Bonaerense y la Capital Federal.
Ni bien aparecieron los cuerpos, Mauro Szeta descubrió en el ciclo de Sergio Lapegüe que una de las chicas asesinadas, Lara Morena Gutiérrez (15), había hablado con ellos en vivo desde el barrio porteño de Flores, donde los vecinos la denunciaban a la Policía por ejercer la prostitución y la venta de narcóticos a bordo de un automóvil.

En ese momento, la joven le aseguró al cronista Martín Salwe, al propio Szeta y a Lapegüe que su nombre era Luna y que tenía 20 años, y ahora el periodista de policiales analizó que quiso hacer Lara en aquella aparición en la TV abierta.
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“Los vecinos del barrio de Flores denunciaban que las calles estaban tomadas por banda de tratantes y sobre todo por la utilización de menores de edad para el ejercicio de la prostitución adentro de un auto”, recordó Mauro.
“Esa nota disparó que una de las chicas se contactara conmigo y me dijera lo siguiente: ‘yo necesito hacer una aclaración, necesito manifestar que en realidad no trabajamos para nadie, que no hay menores involucradas, que no es una red de trata’”, agregó.

“Lo que trata de hacer todo el tiempo es despegar de que eran víctimas de una red de trata y que trabajaban para alguien. ‘Somos cuentapropistas’, decían en la entrevista. ¿Por qué digo somos? Porque aparece en la etapa final de la entrevista, una piba que se identifica como Luna, que dice tener 20 años porque le preguntamos nosotros”
“Lo que pensamos ahora es que en aquella oportunidad las mandaron a hablar para desvincular su actividad, su ejercicio de la prostitución callejera a cualquier jefe narco o cualquier puntero, o jefe de una red de trata. Eso es lo que resignificamos ahora: que las mandaron ese día a darnos la entrevista para limpiar posibles responsabilidades, tanto de cobertura policial o de una jefatura detrás de esta historia”, analizó Mauro.
“Valor periodístico increíble que tiene esa entrevista ahora porque vimos a Lara sin saber que 40 días más tarde iba a terminar siendo asesinada y ejecutada por los narcos, pero no solamente asesinada, sino que sobre ella descargaron la simbología de tortura, la amputación de la mano y demás, que claramente fueron sobre ella”, cerró Szeta.
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