Tori Spelling, quien fue una de las adolescentes más codiciadas de Hollywood en la década de los 90 por su papel de Donna Martin en la famosa serie de televisión Beverly Hills 90210, no deja de tener una vida marcada por el drama.
Acaparando las portadas de tabloides durante mucho tiempo, debido a las infidelidades de su esposo Dean McDermott, Spelling ha vivido una vida de terror.
Sin embargo, también se conoce que la actriz ha fingido más de una vez ciertos dramas en su vida marital para subir el rating de su reality show True Tori, transmitido por el canal E! Entertaiment Television.
Tori, de 40 años de edad, tiene cinco hijos: Liam Aaron, Stella Doreen, Hattie Margaret, Finn Davey y Beau Dean. La maternidad supuestamente la ha cargado de estrés y presión, pues la actriz ha tratado de aparentar tener una vida perfecta y ser una madre abnegada que se ocupa de las tareas de los niños en casa, pero se sabe que tiene tres niñeras y un asistente personal que hacen todo el trabajo, según reseñaron medios como TMZ.
Grandes problemas financieros
Otros de los dramas de la vida de esta estrella ha sido el dinero, después de no haber recibido una gran herencia de su padre, el prestigioso productor Aaron Spelling, quien falleció en el 2006 y solo le dejó $800.000 del patrimonio estimado de $500 millones.
Se sabe que Tori tiene hábitos y gastos excéntricos por lo que ha ido arruinando su fortuna poco a poco, lo que le ha traído una buena cantidad de problemas financieros, y que han sido admitidos por ella misma.
Sin embargo, aún paga empleadas domésticas, masajistas y hasta costosos tratamientos de belleza que también le han pasado factura.
Dicho por su propia madre, en una entrevista ofrecida a The New York Times, Tori se va de compras de forma escandalosa. "Cerraría una tienda y gastaría entre $50.000 y $60.000. De hecho, asegura que esa es la razón por la que recibió menos dinero de la fortuna de su padre", reveló su propia madre.
En el año 2003 la rubia explicó la razón de sus problemas financieros en su libro, Spelling It Like It Is, asegurando que no es su culpa ser una chica de clase alta atrapada en la vida del centro de la ciudad. “Mis estándares son ridículamente altos, cuando creces siendo una cuchara de plata es difícil ser plástico", escribió.