Bañar a un perro puede ser una tarea fácil, pero que a veces se convierte en un desafío. Como ocurre con Oaken, que, aunque no le importa la hora el baño, el perro se niega a mojarse su trasero esponjoso cuando es su turno de bañarse.
Desde que el pequeño pastor australiano entró en la vida de su madre humana, Michaela Koch, le ha hecho saber sus caprichos. Uno de ellos es que nunca le ha gustado mojarse el trasero, y aunque suene divertido, en realidad Oaken odia que esto suceda.
Lo más gracioso de todo es que cada vez que Michaela decide bañarlo, Oaken siempre realiza la misma rutina de movimientos divertidos. Él suele trepar sus patas traseras a un costado de la bañera apoyándolas contra la pared para que de esta manera no le llegue agua a su trasero.
Según su madre, Oaken siempre ha realizado esta serie de maniobras acrobáticas en la ducha desde que era un cachorro, y las ha ido perfeccionando. Él se ha convertido en un experto del equilibrio en dos patas, y aunque la superficie es bastante resbaladiza, encuentra la manera de sostenerse.
El lindo perrito hace todo lo posible para impedir que no le pase lo que más odia, pero a pesar de todos sus intentos, al final tiene que ceder. No importa cuanto lo evite, finalmente tiene que dejar que su madre le frote el trasero, y el buen chico simplemente acepta su destino.
Fuente: Animales Queridos.