Un viaje a un parque de atracciones en Kisumu, Kenia, se convirtió pronto en una terrible pesadilla para dos hermanos pequeños (cuyos nombres se desconocen), quienes se encontraban en un carrusel de columpios a una altura bastante considerable, justo cuando su asiento se desprendió, dejándolos colgados boca abajo por varios minutos.
Esto ocurrió el segundo día de año nuevo, en lo que suponía ser un viaje familiar divertido, para celebrar el inicio del 2018. Antes del incidente, los dos pequeños, una niña de siete años y un niño de cuatro, estuvieron jugando en otros aparatos del complejo, hasta que decidieron montarse juntos en los columpios.
Una vez allí y con todo dispuesto para arrancar el carrusel, sintieron que su asiento estaba soltándose poco a poco hasta que una de las cadenas cedió. Eso hizo que los niños quedaran a un paso de morir por la peligrosa caída, en tanto la atracción seguía funcionando “normalmente”.
Como pudo, la niña sostuvo muy fuerte a su hermanito mientras un grupo de testigos buscaba con desespero ayuda para solventar el problema. Quienes estaban justo al lado de los chicos, afirmaron que la niña nunca entró en pánico, permitiendo así que su familiar estuviese relajado y confiara en un pronto rescate.
“Nos molestó que la Gerencia del parque reaccionara lentamente. Tardaron minutos importantes en tomar cartas en el asunto. Qué vergüenza. Cuando por fin lo hicieron, decidieron apagar la máquina. Excelente, simplemente brillante esa administración. Perdieron tiempo para encontrar una solución obvia”, dijo uno de los asistentes al parque, sobre el tema.
Afortunadamente, los niños sobrevivieron sin heridas graves. Así pues, que una vez en tierra, una mujer del público se comprometió en llevarlos a un centro de salud cercano en Kisumu, para que un personal médico pudiese chequear que no tuvieran daños en sus cuerpos.