Después de más de 700 partidos, 19 trofeos obtenidos en cuatro países, tres presentaciones en la Copa del Mundo y 129 goles, el inglés David Beckham puso un alto a su extraordinaria vida como futbolista profesional.
“Se sentía como el momento adecuado para decir: ‘Hasta acá. Terminé con eso’, y qué mejor forma de hacerlo que jugando en el más alto nivel”, reveló a la BBC la ex estrella del Manchester United y del Real Madrid.
Mientras Beckham, que fue el jugador más famoso del mundo, colgaba sus botas en el 2003, quedó para la historia varios de sus momentos decisivos, en los 20 años que entregó lo mejor de sí en la cancha.
Camino a la cima
Parte del genio de Sir Alex Ferguson fue tener fe en la juventud del Manchester United de los noventa. Entre sus novatos estaba Beckham. Ese mediocampista que fue pieza del equipo campeón en 1995-1996, pero que además dejó marca en la temporada siguiente.
Viendo al portero de Wimbledon fuera de su línea, en el final de la segunda mitad, Beckham intentó lanzar un audaz tiro. Hubo una derrota de 3-0, mas la actuación de David fue el comienzo de su grandeza.
Mundial 1998
Fue figura fuerte del United, pero no entró en la selección inglesa hasta después de la Euro 96. El rubio jugó en los clasificatorios para el Mundial 1998.
Un evento recordado fue el juego Inglaterra-Argentina, y el choque de Beckham con Diego Simeone, a quien pateó en represalia por el gol de Javier Zanetti. Este acto le hizo merecedor de una tarjeta roja.
Inglaterra fue eliminada por penales y convirtió a David en una especie de enemigo público. Le tomó tres años redimirse con la camiseta de Inglaterra.
Ganar-Ganar
En la histeria que siguió al Mundial 1998, se pensó que Beckham se mudaría al extranjero para escapar del reproche colectivo. Pero no. Becks anotó contra los Spurs en el último día de la temporada, para ayudar a los Red Devils a ganar su 12° título de liga.
Una semana más tarde fue parte del equipo que ganó la penúltima final de la FA Cup, en el antiguo Wembley Stadium. A cuatro días de esa victoria, el Manchester United superó al Bayern Munich en la etapa de grupos de la Liga de Campeones. Se convirtió en el primer conjunto inglés en ganar los triples.
Ídolo
Beckham fue el capitán de Inglaterra durante la campaña clasificatoria al Mundial 2002, que incluyó la famosa victoria 5-1 sobre Alemania en Munich, culminando en un partido contra Grecia en el Old Trafford.
Inglaterra necesitaba un punto para calificar automáticamente a la fase final, pero perdía por 2-1 en tiempo de descuento y los fanáticos ya se sentían pesimistas. Sin embargo, en los últimos segundos, Beckham ejecutó uno de sus tiros libres en el ángulo superior izquierdo de la red.
Fue uno de los momentos más felices y marcó su transición de villano de la Copa a héroe.
Como Galáctico
En el 2003, la relación entre Ferguson y Beckham se agrió. El presidente del Barcelona, Joan Laporta, había prometido llevar a Becks a Catalunya, pero terminó por fichar en el Real Madrid.
Fue el tercer inglés en jugar para Los Blancos (detrás de Laurie Cunningham y Steve McManaman) y se codeó con las estrellas Ronaldo, Zinedine Zidane, Luis Figo, Roberto Carlos y Raúl.
Pasó cuatro temporadas con el Madrid. Marcó 20 goles en 155 apariciones y levantó el trofeo de La Liga en su última temporada.
Sin embargo, cuatro meses antes se había anunciado que el futbolista se mudaría a los Estados Unidos.
Arribo a América
Mientras algunos creían que su cambio de equipo fue excusa para jugar en una liga más fácil, Beckham insistió en que su decisión pretendía generar el interés por el fútbol en los Estados Unidos.
“No voy a ser una superestrella. Voy a hacer una diferencia”, dijo en su momento. Su fama en suelo norteamericano trajo patrocinio, admiradores y el ojo crítico hacia la joven liga profesional.
Vio complicado eso de elevar el fútbol por sobre otras disciplinas en territorio estadounidense, pero al menos ganó dos títulos seguidos de la Copa MLS en el 2011 y 2012.