Entre las danzas más antiguas del mundo está la danza árabe, un erótico baile que combina elementos de distintos países del medio oriente y además mejora la salud física y emocional de aquellas mujeres que deciden practicarlo.
La danza del vientre, también conocida como belly dance, aporta beneficios fantásticos para el cuerpo, pues básicamente se basa en el movimiento de cadera y cintura, siendo un ejercicio de bajo impacto y sin riesgos que no incluye saltos o golpes que puedan ser bruscos.
Es por ello que, a diferencia de otros deportes o actividades físicas, esto lo puede hacer cualquier persona sin distinción de edad.
El trabajo de esta danza va de adentro hacia afuera, comenzando a trabajar con tu musculatura interna, ejercitando el suelo pélvico, contribuyendo así al buen funcionamiento de los órganos sexuales y tonificando los músculos del abdomen, glúteos, piernas y la cintura.
Este baile también mejora la capacidad cardiovascular y permite tomar conciencia de las diferentes posturas ayudando a corregirlas.
En tanto, la danza árabe aporta grandes beneficios emocionales pues ayuda a las mujeres a descubrir su lado más sensual, además de ser un ejercicio alegre y pacífico, liberando energías a través de una bonita música que permite dejar a un lado el estrés y los nervios, mejorando considerablemente la salud.
Según algunos especialistas, la danza oriental ayuda a la relajación uterina y de los ovarios disminuyendo considerablemente el dolor menstrual y el dolor pélvico crónico.
Según se conoce, la danza del vientre también estaba muy ligada en la antigüedad a la fecundidad y al nacimiento. En la época faraónica las mujeres utilizaban este tipo de baile para facilitar el trabajo de parto.
Actualmente ésta se ha puesto muy de moda entre las embarazadas, pues ayuda a recuperar la tonicidad y elasticidad del cuerpo durante y después del tiempo de gestación.
Es importante que esta actividad se realice con la supervisión de un especialista que este familiarizado con las características y necesidades peculiares del trabajo corporal durante el embarazo, y con sus posibles consecuencias.
Se debe tener en cuenta que hay movimientos que están prohibidos durante el embarazo como los “shimmies” o movimientos vibratorios que son ejercicios de expulsión, por lo que no deben realizarse nunca estando embarazada.