Se calcula que durante toda la vida de una persona los pies recorren una distancia de 10 mil kilómetros. Un detalle no menor a la hora de considerar el cuidado que se les da.
Generalmente, se les presta atención a los pies cuando comienzan a doler o cuando tienen asperezas o durezas. Sin embargo, es necesario mantenerlos todo el tiempo para que estén bellos y saludables.
Desde épocas ancestrales, se les atribuye una vital importancia. La reflexología es la ciencia oriental que sostiene que en el pie se encuentran reflejados todos los órganos. Además considera que es necesario realizar masajes de relajación para hacer desaparecer endurecimientos y eliminar las toxinas del cuerpo.
La única forma de prevenir problemas en los pies es siendo cuidadosos con su trato: poner atención al calzado que se utiliza, no usarlo demasiado estrecho o apretado porque afecta la circulación. Además, deben tener la ventilación que necesitan los pies y que el taco no sea superior a los cuatro centímetros de alto.
También es importante secarlos bien después de lavarlos, especialmente entre los dedos, pues un ambiente húmedo es propicio para la aparición de hongos.
Los pies sufren con las inclemencias del clima y el agitado ritmo de vida que se lleva actualmente. Por ello, lo mejor es lavarlos diariamente, al menos dos veces al día, con una esponja áspera para sacar las impurezas y luego aplicar una crema hidratante.
Además hay que cuidar las uñas y lo primero es cortarlas de forma adecuada. Hay que considerar que lo que debe cortarse es el largo, no el ancho. Si las uñas ya tienen esta forma, entonces es necesario limar los bordes para que no se encarnen.
Por último, es importante realizar ejercicios y masajes a los pies para mejorar la circulación sanguínea, al menos una vez por mes.