La famosa “Zona Roja” de Ámsterdam (Holanda), reconocida por ser el lugar donde las prostitutas se exhiben y ofrecen sus servicios, tendrá unas nuevas normas para los turistas con el fin de convertir al distrito en un sitio más familiar y menos pecaminoso.
La iniciativa surgió a través de la municipalidad de ese sector, que tiene como objetivo cambiar el concepto del lugar con una remodelación que inició con una serie de prohibiciones dirigidas a los visitantes.
No tomar fotos a las mujeres, evitar utilizar frases soeces, no permanecer observando el vidrio continuamente y mostrar una conducta respetuosa, son algunas de las normas con las que el gobierno local de la capital holandesa aspira cambiar la fama de ese distrito.
Semanalmente pasan unos 30.000 turistas por el lugar, donde a partir del próximo mes de abril los denominados guías deberán cancelar aproximadamente 100 euros para conseguir una licencia que tendrá una duración de año y medio. Estas personas son las encargadas de mostrar todos los secretos del sitio que cuenta con más de 250 ventanas.
La primera fase del proyecto se inició en 2007 y tuvo como como norte incrementar el valor de la zona que para ese momento no era atractivo para los inversores, quienes preferían invertir en otros lugares de Europa, a pesar de que los costos eran mayores.
La meta se cumplió tras la creación de una ley que obligaba a los dueños de los burdeles a renunciar a su licencia, que poco tiempo después eran ofrecidas a otras personas interesadas en invertir en otro tipo de negocio. Todo esto con el fin de cambiar el concepto de ser un lugar de sexo a pasar a ser un sitio de encuentro y diversión para toda la familia.
Holanda legalizó la prostitución en 1998 y poco tiempo después se asignaron espacios formales para ejercer esta profesión en Ámsterdam, donde aproximadamente hay registradas más de 8.000 prostitutas.