La flacidez facial es la pérdida de firmeza en la piel del rostro, la cual aparece por la disminución de las fibras como la elastina y el colágeno. La primera proporciona elasticidad a la piel y la segunda le da resistencia.
La disminución de estas fibras se debe al envejecimiento cutáneo, provocando descolgamiento y arrugas en la cara. Las primeras manifestaciones son el arco mandibular, la papada, los surcos nasogenianos y los párpados.
Tener una cara bonita con un rostro joven y firme es el resultado de ciertos hábitos y algunos secretos. Una piel flácida no sólo es un problema estético, sino que también revela deficiencias de nutrientes y algunas otras cuestiones.
¿Cuál es la causa?
El fotoenvejecimiento y el tabaquismo son las causas más frecuentes de la flacidez facial. El exceso de radiación solar y la mala oxigenación pulmonar por el tabaco precipitan la oxidación celular, produciendo deshidratación y destruyendo las fibras de colágeno y elastina.
Otros factores que ayudan a su aparición son una dieta baja en proteínas, la predisposición genética, los fármacos, las pérdidas de peso aceleradas así como la vida sedentaria.
¿Cómo combatirla?
Lo más recomendable es hacer ejercicio físico con regularidad y llevar un estilo de vida saludable para tener músculos fuertes y sanos. Además se deben utilizar cremas y sérum reafirmantes, cremas antiaging y evitar exponerse a los rayos solares de forma excesiva.
Tratamientos disponibles
Para combatir la flacidez facial lo mejor es recurrir a algún tratamiento que no requiera cirugía y que ayude a estimular el colágeno de la piel. Algunos son la radiofrecuencia, la mesoterapia facial y el relleno de ácido hialurónico, la hidroxiapatita cálcica, el ácido poliláctico, así como las infiltraciones de silicio orgánico y los tratamientos con hilos tensores.
También es importante realizar masajes faciales anti-flacidez. Los golpecitos sobre el rostro ayudan a estimular la circulación y a reafirmar los tejidos débiles o flácidos.