"No somos en absoluto una familia racista", dijo el príncipe William, segundo en la línea de sucesión al trono británico, respondiendo a los periodistas al margen de un evento público en Londres sobre las sospechas de racismo planteadas sobre un miembro no identificado de la familia real por su hermano Harry y Meghan Markle.
El duque de Cambridge agregó no haber hablado con Harry todavía tras la entrevista, pero agregó que lo hará.
Entretanto, la ola expansiva de la entrevista sigue afectando al mundo de los medios británicos.
Tras la renuncia obligada de ITV y el talk-show "Good Morning Britain" del controvertido presentador Piers Morgan -que había dicho no creer "ni una sola palabra" de la duquesa, desencadenando un choque en directo con su colega Alex Beresford, de padre negro- en las últimas horas también cayó Ian Murray, director general de la Sociedad de Editores, que agrupa a los editores de diarios británicos.
Murray había definido como "inaceptables", en un comunicado oficial de la Sociedad, las palabras de Harry contra el notorio sensacionalismo de algunos diarios populares británicos
La reacción fue criticada y finalmente Murray tuvo que renunciar, afirmando que se va para que la Sociedad de Editores "pueda reconstruir su reputación".
"Aunque no estoy de acuerdo con quien dice que ese comunicado apuntaba a defender el racismo, reconozco que hubiera debido ser mucho más claro en condenar la intolerancia" de ciertos medios, admitió.
William, de visita con su esposa Kate en una escuela de Stratford, en la zona este de Londres, en el ámbito de un evento dedicado a un proyecto para la salud mental, fue asaltado por las preguntas de los reporteros.
Uno de ellos le preguntó si la familia real era racista, y el primogénito de Carlos y Diana respondió con una sola frase: "No somos en absoluto una familia racista".
Frente a una segunda pregunta, subrayó que aún no habló con su hermano, quien dijo estar ahora "en un camino distinto" al suyo, pero sugirió que quiere hacerlo.
Fuente: ANSA