Fue el verdadero voto (de) blanco. Noelia Ordóñez, una joven votante, fue unos minutos después de las 8 de la mañana a emitir su sufragio en la capital mendocina, con un look que llamó la atención de todos: debajo de su campera blanca tenía puesto un vestido de novia. El motivo: a las 10 de la mañana la esperaban para casarse en la iglesia de Tunuyán, departamento ubicado a 80 kilómetros de la ciudad de Mendoza.
La mujer se presentó en la mesa 51 de la escuela Arístides Villanueva y se colocó en la fila, aguardando su turno para emitir su voto.
Un auto la esperaba en la puerta del colegio para llevarla directamente a dar el "sí, quiero". Ahí no hay balotaje que valga.