Mientras muchos tienen como meta compartir el día a día en pareja, otras hoy eligen pasar de la convivencia. Otros, en cambio, eligen formas alternativas de lidiar con la pareja a la hora de compartir el mismo espacio. Valeria Lynch (66) reveló su secreto con Cau Bornes (62): cuartos y baños separados.
"Pienso que es lo mejor tener cuartos separados, sobre todo si se tienen horarios distintos. ¡Es más práctico! Y, la verdad, no está dando muy buenos resultados".
“Pienso que es lo mejor tener cuartos separados, sobre todo si se tienen horarios distintos. ¡Es más práctico! Y, la verdad, no está dando muy buenos resultados”, aseguró Valeria en la revista Paparazzi, sobre la mejor forma que encontró con su marido, con el que están juntos desde 11 años y son padres de Tais (18), de llevar el día a día.
"Cau me dice a las 11 de la noche quiere dormir y yo me quiero matar. A esa hora empiezo, llego del teatro y estoy con la adrenalina a full. Yo quiero ver la tele y estar con la computadora. No puedo dormirme a esa hora. Él duerme con todo cerrado, hermético; yo necesito tener aire y luz".
“En mi casa cerramos una puerta y tenemos los dos cuartos divididos por un pasillo. Cada uno tiene su baño, nos juntamos, obviamente, pero cuando nos vamos a dormir cada uno se va a su lugar. Aprendimos que de esa manera nos respetamos más”, había contado la cantante a Teleshow en julio de este año. “Cau me dice a las 11 de la noche ‘amor, me voy a dormir’, y yo me quiero matar. A esa hora empiezo, llego del teatro y estoy con la adrenalina a full, quiero ver la tele, qué pasó con las noticias, estoy con la computadora. No puedo dormirme a esa hora. Él duerme con todo cerrado, hermético; yo necesito tener aire y luz. Así que imaginate. Nos llevamos muy bien por eso”, reveló la intérprete.
Con humor, Valeria contó que ella se quedó con el cuarto más grande, que es el que eligen cuando quieren estar juntos, y con el mejor baño. “Es una forma de respetarse también. Una de las chicas que trabaja en casa me dice, cuando íbamos a hacer el otro cuarto que era un vestidor. ‘Señora, no la quiere más’ y ahí le dije ‘no, no es así, al contrario, como nos queremos mucho queremos respetarnos nuestros tiempos’. Cada uno es un individuo, cada uno tiene sus distintas necesidades, sus libertades. Para mí tiene que ser así. Cada uno tiene mañas diferentes. A mí no me pidas dormir en cucharita porque me muero. Yo quiero dormir sola, despatarrada”, detalló, entre risas.