El viejo truco de levantarte al novio de tu chica para poder recuperarla: aunque es cierto que resulta una frase bastante fuera de lo común, la realidad es que, en el amor, sobre gustos y estrategias no hay nada escrito. Y Marco Berger, a los 30 años, lo tuvo en cuenta para contar la historia que llevará a la pantalla con su primer largometraje, Plan B, que se estrena por estos días en el BAFICI.
Es que la historia, protagonizada por Manuel Vignau y Lucas Ferraro, habla de un triángulo amoroso. Pero no se trata de un incordio cualquiera de típico culebrón televisivo: Bruno se entera de que Laura, su ex novia, está saliendo con alguien nuevo y, en vano, intenta recuperarla. Cuando todo parece perdido, él descubre que la nueva pareja de Laura tuvo en el pasado una extraña relación con un hombre y decide poner en marcha un arriesgado Plan B: seducirlo a él para que deje a su chica y así poder recuperarla.
"Plan B está inspirada en situaciones que experimenté yo. Siempre comento que tengo una especie de imán con heterosexuales en estado de confusión. Por eso, la película muestra la tensión que hay muchas veces entre hombres, y que se niega o esconde por lo que todavía implica cultural y socialmente", explica Marco.
Sin embargo, este no su primer gran proyecto: "Mi historia con el cine arrastra años de deseo. Mi primer guión de largometraje lo escribí con un amigo a los dieciséis. Recién nueve años después tuve la posibilidad de empezar a estudiar. Fue luego de tres años de vivir en Noruega, la tierra de mi padre, donde conseguí una beca para la Universidad del Cine, en Argentina".
Luego llegó El Reloj, su primer cortometraje que vio la luz en "Cinefondation" (Competencia de escuelas de cine) en el marco del Festival de Cannes y recorrió diferentes certámenes, entre ellos el Festival de Cine de la Habana. Y con eso llegó el gustito de dejar de ser estudiante para convertirse en "cineasta", con salas llenas, público y devolución de los jurados, todo, en el mismo pack.
"Al ser Plan B un proyecto independiente, resulta complicado llegar a las salas en Argentina, pero supongo que esa es la ambición más grande de todos los que la realizamos. Nunca es poca la alegría que da recorrer festivales y conocer nuevos lugares, pero saber que cualquier persona puede sentarse a ver tu película en cualquier cine es, supongo, el deseo de cualquier cineasta", admite.
Así fue que, con el guión terminado desde hacía más de un año y la ayuda de dos productoras jóvenes (Ohmygomez! Y BrainJaus), Marco decidió filmar la peli en diez días y con muy bajo presupuesto.
"Llegar a Bafici y estar en competencia nacional me demuestra haber recorrido un buen camino con el cine y concretar los sueños que se disparan por causa de otros directores que demuestran que se puede", dice Berger y sustenta que, al igual que el estratega que protagoniza su película, el fin siempre justifica los medios.