El 14 de mayo marcó una ntes y un después en la historia de los Superclásicos argentinos. Ese día en la Bombonera, Boca y River se jugaban un lugar en los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Pero el fútbol pasó a un segundo plano cuando se armó un escándalo de proporciones. Jimena Barón (28), por entonces mujer de Daniel Osvaldo (29) estuvo en la cancha junto a su hijo Morrison (1 año y 4 meses) para alentar al delantero.
Sin embargo, antes de que empiece el segundo tiempo, se generó una insólita situación en la que cuatro jugadores de River resultaron quemados y el partido no pudo continuar, mientras reinaba una confusión total.
"Con respecto a lo del Superclásico, esa mañana me la pasé horneando alfajores de maicena para todo el plantel de Boca. Le mandé un remise con una bolsa con una panera amarilla a Daniel. Caseros, hechos a mano", contó Jimena.
La actriz, lejos de minimizar la situación y, tras ver a los jugadores xeneizes aplaudir de cara a la tribuna desde donde segundos antes llovían proyectiles para el plantel Millonario, decidió decir lo suyo en Twitter. Varias manitos aplaudiendo, acompañadas por signos de pregunta. En criollo: "¿Qué carajo aplauden?", fue lo que expresó Jimena.
Luego, en Perros de la Calle, analizó: "Se perdió totalmente el concepto del fútbol, juego, provocarse en chiste. Es una locura. Estaba con mi hijo y escuché ‘prepárense para rajar que se pudre’ y estaba con mi hijo de 14 meses. Dije ‘¿qué se pudre?’. No estoy acostumbrada a esto".
Pasaron dos meses desde ese escándalo y casi el mismo tiempo desde que Jimena se separó de Osvaldo. Y en una extensa entrevista con la revista Gente, la actriz hizo referencia a aquel inolvidable momento y a cómo fue su ruptura, cuatro días después del partido: "Daniel se fue de casa el 18 de mayo. ¡Yo no decidí nada! Literalmente. Me fui esa mañana al supermercado a hacer las cosas de siempre y cuando volví Daniel no estaba. Se había llevado todas sus cosas. Fue una bomba. Y con respecto a lo del Superclásico, esa mañana me la pasé horneando alfajores de maicena para todo el plantel de Boca. Le mandé un remise con una bolsa con una panera amarilla a Daniel. Caseros, hechos a mano. Es decir, no estábamos en una situación en donde yo pudiera imaginar algo como una separación. Supongo que habrá sido que no tuvo la valentía de decirme que estaba con otra mina".