¡Bye bye bajo perfil! María del Mar quiere ir al Bailando
Mientras intenta recomponer su vida profesional, amorosa, familiar y económica, Matías Alé se aferra a sus amigos. Pero con su mujer los distancia la flamante frivolización de la joven.
Cuando trascendió el romance de Matías Ale con María del Mar Cuello Molar, él la presentó como una chica cordobesa muy tímida a la que no le interesaba el medio. Cuando se casaron, la flamante novia no quiso hacer declaraciones. Y así, se mostró sucesivamente como una persona que no quería ser mediática.
En Córdoba, María se transformó rápidamente en una hábil mediática. Empezó visitando los camarines de Marcianos para saludar a un amigo peluquero… y como de casualidad se cruzó con las figuras del Bailando. Pasó por la disco donde trabajaba y el lunes arrancó un raid televisivo. Antes, se reunió con Nicolas Raimondo, jefe de prensa de Verónica Ojeda, para pedirle consejos y quizás contratarlo para manejar "su" prensa.
Tras el brote psicótico, la esposa del actor se dedicó a cuidarlo hasta la semana pasada cuando decidió abandonar a su marido y volver a su provincia. Y ahí fue, en Córdoba, donde se transformó rápidamente en una hábil mediática. Empezó visitando los camarines de Marcianos para saludar a un amigo peluquero… y como de casualidad se cruzó con las figuras del Bailando: Pedro, Lourdes, Solita, Freddy, etc. Después, pasó por la disco donde trabajaba y el lunes arrancó un raid televisivo. Antes, se reunió con Nicolas Raimondo, jefe de prensa de Verónica Ojeda, para pedirle consejos y quizás contratarlo para manejar "su" prensa.
El lunes se sentó en Intrusos para mostrar mensajes de su exsuegra, que la acusaba de "trola" y "falopera", y también para señala que realizaría magia negra contra su propio su hijo. Esto indignó a Matías Ale, porque esos mensajes estaban en el celular que ella cuidaba, y le pidió que vuelva al bajo perfil y no hablara más. Pero nada de eso le importó. El martes, en el programa de Paoloski, confesó que no descartaría sumarse al Bailando 2016. Y por la tarde, se sometió a las preguntas de Este es el show.
Todo esto, mientras Matías Ale toma doce dosis diarias de litio, para tratar su grave cuadro psiquiátrico. Y en el medio de una guerra familiar, acorralado entre la esposa y la madre.
"Me dejó, se fue, no sé qué hacer, ya no puedo pararla, y estoy podrido de esta situación porque no me mandé ninguna como para que me dejen", le contó Matías con tristeza a sus amigos, ante la separación y mediatización de su esposa.
Mientras intenta recomponer su vida profesional, amorosa, familiar y económica, Alé se aferra a sus amigos y a Dios. Atrás quedaron sus incursiones esotéricas. Por un lado, intenta reconstruir sus ganancias: intenta vender una de sus costosas motos para saldar deudas. Por otro lado, se reencontró con su madre –Elena- después de tantos conflictos. Todavía no volvió a verse con su hermano, Elías. Con ellos, tienen que resolver las inversiones familiares sobre un complejo de viviendas que iniciaron con la herencia del padre. Con su mujer tienen comunicación telefónica, pero los distancia la frivolización de la exchica de bajo perfil.
Una telenovela dramática que recién comienza y puede coronarse en la pista de Marcelo Tinelli.
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