En realidad habría que ser más cautos, y en honor a la verdad decir que no es que Vanucci haya sido remarcada en un supermercado, o que su representante, Leandro Rud, se haya atrevido a ponerle precio a su figura, simplemente, ese sería el monto que su marido, el Ogro Fabbiani, estaría dispuesto a pagar para quedarse en la Argentina.
La pregunta es: ¿para qué querría el jugador de River pagar tres millones de dólares, pudiéndose ir una temporada al país europeo en el que ya pasó un tiempo en otra oportunidad? ¿Será qué no quiere abandonar Esperanto?, o ¿será qué no quiere abandonar a su hija Uma? No, nada de eso. Simplemente - aunque no sea tan simple de entender- porque la Vanucci no quiere alejarse del país.
Parece ser que todos, menos ella, estaban enterados de que River no le renovaría su contrato al Ogro y, en consecuencia, debería volver al club dueño de su pase. Sin embargo pareciera ser que la ex Electrostar - porque ya tiene una reemplazante que seguirá remando lo que ella no quiso remar- no estaba enterada y decidió casarse con el jugador, convencida de que su casa definitiva sería la Argentina.
¿Pensará que Rumania no es tan top como España o Italia? ¿Será que su adicción a la cámara no le permite alejarse ni siquiera por un tiempo? No lo sabemos, pero lo que sí se puede afirmar es que el Ogro estaría dispuesto a pagar esa suma millonaria con tal de que su mujer no sufra "el exilio".
¿De dónde sacará la plata Fabbiani? Tal vez sea tiempo de aplicar la economía de guerra en la pareja: no más autos importados, ni relojes fastuosos, ni indumentaria al por mayor; acuérdense que la felicidad de Vanucci vale tres millones de pesos y eso no es moco de pavo.
Victoria Vanucci, la morocha más sexy, en VxV.com