Calor infernal en Buenos Aires, de esos días veraniegos en pleno invierno. Aún así Guillermo Cidade, más conocido como Walas, luce una remera gastada de tantos lavados, pantalones largos y borcegos. Lo acompañan Federico Piskorz y Luciano Facio, guitarrista y bajista. ¿Quiénes son? Massacre. El quinteto del rock que saborea su apogeo. A poco más de un año de su despegue definitivo del under, con un Obras colmado como punto de partida, hoy el destino los ubica a sólo cuatro días de su primer Luna Park. Después de veinte años de su primer disco, los discípulos de la Reina de Marte debutan en las grandes ligas. Claro, Ciudad estuvo ahí para verlos disfrutar y, de paso, averiguar de qué va la cosa.
-¿Creen que el Luna Park es el pico máximo como lugar para tocar?
- Bochi: Obras ya lo era el año pasado, la verdad es que era una meta de la infancia. Es re simbólico. El Luna Park es más. Así como la cantidad de gente que puede venir a vernos. La producción del show es aun más importante, es todo más pensado. Por suerte tenemos en las espaldas la experiencia de un show grande solos en el que aprendimos un montón de cosas. Nos salió bien el año pasado y esperemos que este sea mejor.
-¿Qué se aprende de un show grande? ¿Qué cosas se pueden copiar de los shows chicos y qué se descarta?
-Bochi: Medís el timing del show, cuántos temas se banca tocar. En los recitales normales tocamos 22 temas quizás 24. En el Obras del año pasado hicimos más de treinta. En un principio pensamos que iban a ser un montón y decidimos hacer un intervalo. Son cosas de la medición de los climas del show, cuántos temas al palo poner. Creo que va más por el lado del armado de la lista de temas. Y también está bueno que a la mitad del show cambias el aire y se genera un clima con la gente re bueno.
-Fico: A nivel producción nos permite multiplicar la apuesta de cualquier otro show que hicimos con todo lo que significa tocar en el Luna Park. Más gente trabajando y más ideas sobre la mesa. Alguno dice: "A mí me gustaría que salga volando una cosa por el cielo", y en el Luna Park se puede hacer. Quizás en shows más chicos no se puede hacer. Esta buenísimo porque se concretan muchos sueños de la banda. Ya lo es tocar en un lugar tan grande donde uno de chico va a ver otras bandas. Eso nos da un plus de energía para salir a tocar y nos llena de orgullo. Y además la cantidad de gente que se junta, se haga una pelota gigante de cosas y emociones que es buenísimo. Esperamos que sea una buena traducción de lo que somos nosotros
-A nivel audiovisual, ¿qué se puede adelantar?
-Fico: Hay de todo. El Obras fue conceptual pero este lo va a ser aún más. Tiene actos que están divididos en bloques conceptuales. Las imágenes están más pensadas con respecto a las canciones y a los tiempos. Luces, indumentaria, ciertas cosas que van a ir pasando, pero tampoco te puedo decir todo (risas).
- Hace tres años Massacre era una cosa, hoy es otra y dentro de tres años será algo completamente diferente. Defínanme esa etapa de reinvención.
-Walas: Hubo un crecimiento de público cuantitativo. Antes tocamos en un lugar para mil personas y ahora es para seis mil. Ver la reacción del público nos enseña cosas. Personalmente me doy cuenta que tenemos una forma de ser muy particular que viene de muchos años. No nos calza mucho el traje de popular, nosotros el año pasado al llegar a Obras nos dimos cuenta de que podríamos ser populares y demás...
-Lo son en cierto punto...
Walas: Sí, pero nosotros tenemos un perfil bajo. Ser popular es ser parte de los máximos del rock como por ejemplo Bersuit o Los Piojos. Somos masivos, no sé si populares. Ser popular tiene una connotación. Después está el famoso, el exitoso. No sé si tendríamos ganas de llegar a lo máximo o esas cosas que se suelen decir. Tenemos un perfil más bajo. Ahora que vemos como se barajaron las cosas preferimos estar en un estrato no under definitivamente pero sí de banda de culto. Estamos chochos de serlo.
-Ahora hay que igualar a "El Mamut". ¿Para cuándo se viene un disco nuevo?
-Walas: Ojalá que el año que viene, no lo sabemos bien todavía. Estamos pasando el tema de formato digital al formato físico a ver si calza o no. Se vienen unos temazos. Lo que está bueno es que estamos es una plataforma más instalada dentro del rock nacional. Podemos darnos el lujo de hacer canciones cada vez más raras y jodidas. Nosotros tenemos dos dimensiones: el show y la sala. Nos encanta estar en la sala y pensar ideas nuevas. Ver si nos salen los temas, ver si podemos sacar del formato digital a la viola en serio.
-Fico: Justamente esta etapa de sala de ensayo y laboratorio es cuando buscamos nuevas propuestas. Siempre terminamos armando algo desde lo diferente y acoplándolo a nuestra línea.
-¿Se busca ser raro?
-Fico: Siempre queremos darle una vuelta de tuerca más. No nos gusta hacer siempre lo mismo, es otro tipo de política. Nosotros somos más de tirarnos a la pileta sin saber si hay agua o no.
-Walas: Definitivamente no buscamos ser raros. Somos cinco, una banda bastante sobria. El más extravagante soy yo. Pero sí le tenemos aversión y fobia a lo obvio. Objetivamente, Massacre le escapa a lo previsible. El rock se divide como en la sociedad y la política: en conservador y progresista. El tipo que quiere mantener la fórmula de siempre y los que definitivamente queremos hacer una cosa nueva. No queremos ser raros pero sí odiamos ser previsibles.
-¿Qué bandas ven mas parecidas a Massacre?
-Walas: Por suerte somos únicos. O sea, somos tan únicos y singulares que durante muchos años fue muy difícil vendernos, encasillarnos y por ende marketinizarnos. No entramos en el club de los heavy ni de los rasta ni de los hardocore. Por entonces, eso nos jugó en contra. Pero fuera de joda, no hay dos Massacres. Si querés hacer un festival de bandas como Massacre cagaste. A no ser que hagas un festival de culto.
-¿A que bandas pondrías en un "Massacre Fest"?
-Walas: El "Massacre Fest", o algo parecido, se hizo una vez en el Planetario. Esperábamos ocho mil personas y terminaron viniendo 20 mil. Cienfuegos, Pez y una banda uruguaya, Astroboy. Eso es lo que más se acerca a un festival de Massacre. Pero musicalmente cada uno es único. Es más, te nombre todas bandas singulares. Todas con su propia identidad.
-Bien. ¿Qué sigue después del Luna?
Walas: Prioritario el Luna Park y después bajarnos y llevar ese mismo show a todas las ciudades del interior. Esa tercera dimensión que tiene Massacre que es el micro con doce camitas. ¿Viste que yo te dije que tenemos dos dimensiones? La tercera es la ruta, la gira. En nuestro caso, una novedad porque nosotros durante muchos años teníamos un curso casi inexistente. En cambio ahora, nos vamos a dormir y amanecemos en una urbanística completamente diferente. Empezamos a inaugurar una tercera dimensión: las giras.