"Si quiere que su semen tenga mejor sabor, puede comer cosas dulces. Funciona. Y así podrá decirle a su mujer ¡me estoy comiendo esta torta por vos, bebé!". Fue un consejo del padre Joe Beam para sus fieles. ¿Adónde dijo esto? En una iglesia evangelista del sur de Estados Unidos. Casi me desmayo cuando vi el video que comparto con ustedes en esta nota.
Y no porque el padre no tenga, evidentemente, problemas con el sexo oral (que ya sabemos todos a esta altura ¿no? que no se practica con fines reproductivos). Sé que no es una iglesia de Lanús, pero lo cierto es que todos nos ponemos un poco nerviosos cuando nos hablan de sexo en un lugar donde no cabría esperar que eso suceda. "
Señora, muéstrele a su marido cómo se toca, así él aprende", una cosa así, de sopetón en la misa del domingo... Ay... Beam no improvisa, está a punto de obtener su doctorado en sexología y forma parte de una rama del evangelismo que se propone hacer que el sexo deje de ser tabú en la iglesia. A esta altura el padre ya se hizo famoso, vendió muchos libros, tiene su propio instituto para ayudar a parejas en apuros. Opina que lo que la biblia no prohíbe, está permitido.
A saber: bienvenida la masturbación solitos o en pareja y cualquier posición del Kamasutra que haya ganas de experimentar. ¡Sexo telefónico! fantástico, siempre y cuando sea entre los miembros del matrimonio. Y el sexo anal está muy bien también, pero sin lastimarse. ¿Prohibidos? las relaciones extramatrimoniales, el consumo de pornografía, la homosexualidad. No animales, no violaciones, no prostitutas.
"El sexo es el regalo más precioso que Dios le hizo a los Cristianos", le dice Beam a sus fieles. Y propone un chiste para descontracturar: "¿Por qué las mujeres pueden ser multiorgásmicas y los hombres no?
Lo estuve pensando y creo que es porque Dios las prefiere a ellas".
¿Pensás que el sexo y la fe religiosa son incompatibles? ¿o estás de acuerdo con el padre Beam?
Fuente MSNBC / NBC